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Ven la luz inéditos del humanista Cristóbal Serra

El aire de los libros aglutina la única obra que Serra dejó inédita integrada por ensayos sobre el humor, la melancolía y el ocultismo, además de un tríptico sobre Raimundo Lulio y Elogio de la sencillez, su testamento de escritura y vida. Textos escritos en cuatro cuadernos que encontró Nadal Suau en un baúl en la casa del escritor tras su muerte en 2012.

La primera parte, que debe considerarse un libro finalizado, se titula El aire de los libros, escolios sine die, y en él se compilan más de cuarenta reseñas de sus lecturas a modo de escolios o ensayos breves sobre autores que interesaban a Serra por varias razones, escritos entre 2007 y el año de su fallecimiento. Para Nadal Suau: “En estos textos, cada lectura, cada cita, debe interpretarse como una confesión personal y no como comentarios críticos. Por eso podríamos decir que estos textos son un compendio de géneros que se podrían dilucidar como una mezcla de diario, cuento, ensayo y reseña”.

Sin acomodo

Nadal Suau, compilador y prologuista del volumen, afirma que Serra es una figura excéntrica de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX, «investido de una creciente aureola de autor de culto, sin encontrar acomodo en el canon cultural coetáneo». Un autor que «abrió una vereda literaria única y luminosa, pero también secreta, que se resiste al etiquetado. Sus libros dialogan sin descanso con la realidad contemporánea, lo cual le convierte sin duda en un autor de plena vigencia».

A lo largo de la presentación, los intervinientes puntualizaron que las novelas Péndulo o Viaje a Cotiledonia marcan un magisterio literario que surca generaciones de contemporáneos -Vila Matas, Fernández Mallo, Javier Sierra o Andrés Ibáñez- y lo relaciona con autores legendarios como Juan Larrea u Octavio Paz.

“Precursor y epígono, rebelde y contradictorio, humorista y melancólico, sabio y místico glosan y describen la obra de un escritor y filósofo inclasificable, cuya obra se resume y refleja en El aire de los libros”, afirma Francisco Javier Expósito, responsable literario de Fundación Banco Santander. Su recuperación era inexcusable tras su muerte porque «Serra desborda en sus escritos un caudal de sabiduría que no podemos permitirnos el lujo de perder en estos tiempos. Es un escritor eterno, y es esta heterodoxia humanista la que le hace fundamental, la modernidad absoluta de Serra está en que cada texto ilumina comentarios que nos interpelan en la manera que tenemos de ver el mundo y en nuestras propias creencias. Serra apela al humanismo que llevamos dentro, y eso es hoy en día muy necesario».

El más heterodoxo

En opinión del escritor Javier Sierra, El aire de los libros es el cuaderno de lectura íntimo del más heterodoxo de los intelectuales mallorquines, “descubrimos a un Cristóbal Serra que navega a medio camino entre la mediumnidad y la herejía, entre lo conocido y lo ignoto”. Para Sierra no es de extrañar pues “tenía mente de pontífice, esto es, de trazador de puentes entre orillas opuestas del conocimiento”.

La contradicción es uno de los elementos más contemporáneos de Serra, mezclando tanto lo cristiano como lo judío, la imaginación y la razón juntas, la hermandad de lo religioso y lo poético, la niñez y la vejez, la materia y el espíritu, cosas que a menudo no casan pero en él dan personalidad a su obra. Sin olvidar, en opinión de Nadal Suau, el sentido profético de su escritura, puesto que “él sabía que el profeta es un denunciador de los males de su época, no un adivino ni un castigador, por eso llegó a sentirse él mismo profeta”.

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El volumen antológico que ahora ve la luz se cierra con En torno a la autoexpresión o elogio de la sencillez, su discurso de recogida del Premio Doctor Honoris Causa por la Universidad de Baleares en 2006, que constituye un monumento recordatorio de su trayectoria ética, intelectual y espiritual, “en el mismo momento en que lo escuché sentí que constituía, más que un testamento literario, la última gran página de su obra”, concluye Nadal Suau, y esa es la razón de su rescate en este volumen, porque ese texto “entronca con una escritura que ha luchado durante más de cincuenta años por enarbolar explícitamente el rechazo a la razón y la defensa de la imaginación”.