“Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse uno mismo es muriendo o matando…”. Así empieza la aventura. Tres años y medio después del lanzamiento de Dime quién soy, cuyas ventas en todo el mundo superaron el millón de ejemplares, sale a la venta la nueva novela de Julia Navarro, Dispara, yo ya estoy muerto (Plaza &Janés/Rosa dels Vents), enigmático título cuya razón de ser no se desvela hasta la última página. Una novela cuyo eje es la familia Zucker, expulsados a finales del siglo XIX de la Rusia zarista por su condición de judíos.
A lo largo del mes de septiembre se publicará también en Círculo de Lectores y más adelante se sucederán las ediciones en los principales países latinoamericanos: Argentina, Chile, Uruguay, México y Colombia. Simultáneamente a la publicación en España, la novela se editará en español en Estados Unidos bajo el sello Vintage, de Penguin Random House.
Vínculos que permanecen
Una familia que a su llegada a Tierra Santa decide adquirir las tierras de los Ziad, familia árabe encabezada por Ahmed. Entre éste y Samuel, patriarca de los Zucker, se creará un fuerte vínculo, una amistad que por encima de las diferencias religiosas y políticas se perpetuará generación tras generación. Varsovia, San Petersburgo, Jerusalén, París, Madrid o Toledo son algunos de los escenarios de esta nueva novela de Julia Navarro.
Dispara, yo ya estoy muerto conforma una historia llena de historias, una novela que esconde dentro muchas novelas, que ofrece un friso histórico que comienza a finales del siglo XIX y llega hasta 1948. Es, sobre todo, una novela de personajes, prisioneros de las circunstancias y del tiempo histórico que les ha tocado vivir. Víctimas, en muchas ocasiones, de las decisiones tomadas por otros. Navarro reconoce que algunos personajes forman parte de su historia personal, «viven conmigo y me han enseñado muchas cosas».