“La crítica –escribió Borges sobre Enterrado en vida– la juzga la mejor de las comedias domésticas de Arnold Bennett, pero esa abstracta definición, acaso irrefutable, nada nos dice de las muchas felicidades y de las muchas sorpresas que en este libro nos aguardan”.
La síntesis de la trama argumental de la novela de Bennett, publicada originariamente en 1908, no estropeará al lector ninguna de las felices sorpresas que le deparará su lectura. Priam Farll es el más reputado pintor de Inglaterra: célebre por sus cuadros de bobbies y pingüinos, es adorado por el público y la crítica. Su extremada timidez le impide enfrentarse a cualquier evento de la vida cotidiana. Estaría perdido sin la ayuda su criado Henry Leek, un granuja de tomo y lomo con el que vive desde hace años en el extranjero.
Un día regresa a Londres de incógnito y Leek tiene el pésimo mal gusto de fallecer súbitamente de pulmonía para escándalo de su amo. El doctor que certifica la muerte confunde a Leek con Priam Farll, y pronto la noticia corre como la pólvora: el gran pintor ha muerto. Farll ve el cielo abierto y decide no sacar al mundo de su error: finge que es Henry Leek, y hasta asiste a su propio entierro en la abadía de Westminster. Es entonces cuando entra en escena una pizpireta viuda de Putney, Alice Challice, que estaba prometida en matrimonio por correspondencia con Leek, y con quien Farll se aliará para luchar contra las adversidades de la vida moderna. En definitiva, una comedia delirante de enredo, suplantación y dobles identidades.
Arnold Bennett, heredero de Dickens
Arnold Bennett nació en mayo de 1867 en Hanley, Inglaterra, lugar que le servirá de modelo para uno de los «Five Towns» de sus novelas, y que en 1910 se uniría a otras cinco grandes villas para formar la ciudad de Stoke-on-Trent, en Staffordshire. Su primera infancia estuvo marcada por la escasez, pero su familia vino a mejor fortuna cuando a su padre le ofrecieron un puesto de abogado. Bennett trabajó con él, pero pronto comenzaron las disensiones entre ambos y el joven Bennett se marchó a Londres, donde empezaría a dedicarse al periodismo. Durante un tiempo fue ayudante del editor de la revista Woman. Comenzó a escribir entonces una novela por entregas que se convertiría en Grand Hotel Babylon (1902).
A partir de 1900 se consagraría por completo a la literatura.Su primera novela, A Man from the North (1898), en gran medida autobiográfica, fue muy bien acogida por la crítica. Le siguió Anna of the Five Towns (1902), el primero de una serie de relatos centrado en la rutina diaria de la zona de los Potteries, área industrial de Staffordshire. Entre 1903 y 1911, Bennett se instaló en París. Durante estos años publicó la novela Enterrado en vida (1908) y la que sería su obra más aclamada, Cuento de viejas, considerada una obra maestra. En 1911 viajó a América donde fue recibido como lo fuera Dickens en su época.
Con un continuado éxito de crítica y lectores, Bennett siguió escribiendo obras como la serie publicada entre 1910 y 1918 formada por las novelas Los Clayhanger, Hilda Lessways, Estos dos y The Roll-Call. En 1922 se separó de su esposa francesa y se enamoró de la actriz Dorothy Cheston, con quien viviría hasta su muerte, acaecida en su casa de Baker Street en Londres, en 1931. En 1923 recibió el Premio James Tait Black por su novela Riceyman Steps. Falleció en Londres en 1931.
Borges dijo de Bennett que él mismo “se consideraba un discípulo de Flaubert, pero no pocas veces fue algomenos sevvero y más agradable; un buen heredero de Dickens”.