Fábula sobre la búsqueda del yo, esta novela reflexiona sobre la forma en que lectura y escritura pueden unir a personas muy distintas y muy distantes.
La historia se inicia con la voz de Nao, la protagonista adolescente, que escribe un diario de sus últimos días en este mundo. Confiesa, en tinta púrpura, que vive en Tokio y soporta el calvario de ser despiadadamente hostigada por unos compañeros de escuela que la atormentan por haber pasado su infancia en Estados Unidos.
Adolescente acosada
Nos habla de su familia, de su bisabuela Jiko Yasutani, de 104 años de edad, una monja budista batalladora de la cual pretende escribir una biografía. Se muestra también preocupada por su padre, quien, avergonzado por no tener trabajo, deja un reguero de intentos de suicidio que calan en su hija y levantan en ella también la intención de acabar con su vida.
[1]La crueldad en forma de acoso escolar (ijime en japonés) es representada por las malvadas vejaciones de los compañeros de colegio de Nao que dejan marcas en su piel y en su alma. Como ella misma afirma, «cuando pasas de ser la hija de un tecno-yuppie de clase media en Sunnyvale, California, a convertirte en la hija de un perdedor sin empleo en Tokio, hay algo que aprendes con rapidez: que una persona puede acostumbrarse a cualquier cosa».
Al otro lado del Pacífico
Al otro lado del Pacífico, Ruth, una novelista introspectiva que vive en una remota isla de la Columbia Británica descubre en la playa una bolsa de plástico que contiene, entre otros tesoros, el diario de Nao. Cada página envía a Ruth a la búsqueda desesperada de pistas sobre la existencia de la adolescente y sobre la suerte que corrieron ella y su familia.
Se trata de un libro que no se rinde fácilmente a sus múltiples significados, ya que sutilmente intenta instruir al lector para que contemple la frágil membrana que separa lo real de la ficción, el yo de las circunstancias, el pasado del presente.
Dimensión temporal
La dimensión temporal y su significado está presente en el conjunto del relato y se evidencia cuando Ozeki explica: «El 11 de septiembre es uno de esos momentos terribles en el tiempo que toda persona que viviera en el mundo por aquel entonces recuerda. Lo recuerdas con precisión. El 11 de septiembre es como un cuchillo afilado que corta el tiempo a trozos».
Ese momento histórico está incluido en la narración y vuelve a unir a las dos protagonistas de la historia: Mientras Nao lo observa en su televisor desde Japón junto a su padre, Ruth lo vive, a través de la radio, en una recóndita granja de Wisconsin.
Relato muy logrado en el que no falta el humor, una derivada habitual en una autora que se manifiesta comprometida con la relación entre escritor y lector, realidad y ficción, historia y mito.
A lo largo de la obra, con tintes agridulces, la autora mezcla risa y llanto, actos de ácida crueldad con otros de amor incondicional a todos los seres de éste y otros mundos.
- Primer capítulo El efecto del aleteo de una mariposa en Japón [2]
Ruth Ozeki
Escritora y directora de cine es hija de estadounidense y japonesa. Creció en Connecticut. Además de El efecto del aleteo de una mariposa en Japón, es autora de My Year of Meats y All over Creation. Entre otros medios de comunicación, ha colaborado con asiduidad en The New York Times. En 2010 fue ordenada monja budista zen y es miembro del Brooklyn Zen Center. Una parte del año vive en Nueva York, el resto en la Columbia Británica.
El efecto del aleteo de una mariposa en Japón [3]
Ruth Ozeki
Traducción Mireia Carol Gres
Editorial Planeta
512 páginas