En estas cartas también se menciona la asistencia de Ridruejo al IV Congreso del Movimiento Europeo –el histórico “contubernio de Múnich” del que se celebran 50 años–, acontecimiento que marcó la aventura conspiradora de un hombre que quiere y no quiere volver a su país, siempre preocupado por los problemas de su familia y empeñado en reconstruir una conciencia democrática para sus compatriotas.
Dos años en el destierro
Cuando a principios de junio de 1962 Ridruejo cruzó la frontera clandestinamente ya era un referente indiscutido de la oposición al franquismo. Su asistencia al IV Congreso para reunirse con demócratas españoles del interior y del exilio le condenó a vivir dos años en el destierro.
Prosista e ideólogo de la futura democracia en Escrito en España, de 1962, se instaló en París desde donde desarrolló una campaña política contra la dictadura que le llevaría a viajar por media Europa y Estados Unidos.
Fue entonces, entre 1962 y 1964, cuando mantuvo esta intensa correspondencia con su esposa. Las cartas, inéditas hasta hoy, sólo podían llegar a su destinataria a través de manos de confianza.