O’Brien siempre sintió la necesidad de escribir; sin embargo, no comenzaría a hacerlo con pasión hasta terminados sus estudios de Farmacia en 1950, que cursó obligada por su familia. Su carrera literaria comenzó con la novela que también Errata naturae publicó con gran éxito, Las chicas de campo [1] (1960), que le proporcionó fama mundial, tanto por su calidad literaria como por reivindicar la independencia de las mujeres en un ambiente hostil.
Mismas protagonistas
La chica de ojos verdes, publicado por primera vez en 1962, puede leerse sin conocer el libro anterior y amplía las aventuras de las dos protagonistas de aquella primera novela. Caithleen (luego Kate) y Baba, dos amigas irlandesas, se han instalado, tras una adolescencia de paisajes rurales e internados, en una excéntrica pensión de Dublín. Bajo las luces de la gran ciudad, sus vidas giran y se agitan en torno al tumulto y la confusión de las nuevas amistades, las madrugadas fuera de casa, las aventuras y desventuras, y los amoríos insignificantes.
Baba busca diversiones despreocupadas, amores de ocasión, mientras que Kate, tan profunda, se empeña en hablar de los libros que lee con sus nuevos conocidos. Aunque, curiosamente, será esta última quien desate el escándalo entre parientes y amigos católicos cuando se enamore de Eugene, un director de cine protestante que acaba de separarse de su mujer y vive en los Montes Wicklow.
La grande dame
Considerada la grande dame de las letras irlandesas, desde la publicación de Las chicas del campo, O’Brien ha creado un corpus literario único: como las novelas Girls in their Married Bliss y A Pagan Place (ambas de próxima publicación en Errata naturae), el libro de relatos Saints and Sinners, una obra de teatro sobre Virginia Woolf titulada Virginia y dos importantes biografías: sobre James Joyce y sobre Lord Byron respectivamente.
La escritora Alice Munro, Premio Nobel de Literatura 2013 [2] y admiradora del trabajo de la irlandesa, afirma de ella que «escribe las historias más bellas. Ningún escritor o escritora puede compararse a ella, en ningún lugar».
Tal y como ha reiterado la crítica internacional, sólo James Joyce ha descrito con tanta exactitud y humor lo que se esconde en aquello que se denomina el alma irlandesa.
[3]La chica de ojos verdes [4]
Edna O’Brien
Errata naturae
Traducción: Regina López Muñoz
336 p
18,50 euros
Puede leer el primer capítulo aquí [5]