«Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de Christopher Morley», dijo Eugene O’Neill al poco de recibir el Premio Nobel de Literatura. La editorial Periférica [1] ofrece esa oportunidad: descubrir aquellas obras primeras. El año pasado editó La librería ambulante, publicada originariamente en 1917, un verdadero regalo para quienes creen que la literatura es una forma de consuelo y también una invitación a la felicidad.
Los lectores que se quedaron encandilados con la historia de Roger y Helen Mifflin pueden ahora descubrir cómo siguió su historia. En La librería encantada, los entrañables Roger y Helen Mifflin han dejado de recorrer los campos y pueblos con su librería ambulante y se han instalado en pleno Brooklyn, como siempre soñara Roger.
Un parnaso en casa
Ambos regentan ‘La Librería Encantada’, un «parnaso en casa» al que acuden, de un lado u otro de Nueva York, todo tipo de personajes singulares, incluidos jóvenes publicistas, farmacéuticos alemanes y guapísimas herederas; por no hablar de sus amigos libreros, que se reúnen allí cada poco para disfrutar la tarta de chocolate de Helen y los discursos incendiarios, y a la vez llenos de sensatez, del pequeño gran Roger.
Parece que todo está en calma en esa librería y en la placentera vida de estos personajes insólitos, pero no es así: nos encontramos justo al final de la Primera Guerra Mundial, en medio de una época convulsa, llena de avances técnicos, emociones contradictorias y mucho suspense. Porque, aunque hace tiempo que acabaron sus aventuras rurales, nuestros personajes seguirán protagonizando situaciones tan divertidas como rocambolescas en la gran ciudad, una ciudad magistralmente dibujada, con ese toque de humor refinado que ya cautivó a los lectores de La librería ambulante.
Sutil humorista
[2]Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania y estudió en Harverford College, donde su padre trabajaba como profesor de matemáticas. Posteriormente se matricularía en la universidad inglesa de Oxford para estudiar historia moderna durante tres años (época que contaría en su novela autobiográfica de 1931 John Mistletoe). En 1913, de vuelta en Estados Unidos, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época.
Su primera novela, La librería ambulante (Periférica 2012), fue publicada en 1917; en 1919 apareció su continuación, La librería encantada. Una de sus obras más conocidas, Kitty Foyle, publicada en 1939 y trasladada al cine con el mismo título (en España como Espejismo de amor); su protagonista, Ginger Rogers, obtuvo un Oscar por su papel como Kitty.
Inteligente, lúcido y sofisticado, fue un escritor de éxito y, al tiempo, un escritor de culto. Se ha dicho de él, comparándolo con Noel Coward, que su refinamiento era indudablemente británico. Sutil humorista, dijo de sí mismo que amaba tanto a Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin embargo, sus dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.