Ensalzada por escritores de la talla de Alice Munro, el nada dado a piropos gratuitos Philip Roth o John Berger, que dijo de ella que «sus novelas son absolutamente memorables porque su genialidad procede del dolor mismo de la memoria», O´Brien es hoy y con toda justificación la escritora más valorada en la nutrida relación de las letras irlandesas.

En un mundo cerrado

Con Las chicas del campo abrió brecha a la hora de enfocar las complejas vicisitudes a las que deberían enfrentarse en los años 50 del pasado siglo dos mujeres en un mundo cerrado y controlado por el sexo opuesto.

Siguió dando en el clavo con La chica de ojos verdes y vuelve a confirmar ahora su enorme talento literario con Chicas felizmente casadas, una magnífica novela en la que Katie y Baba, dos amigas tan distintas como complementarias, se erigen en protagonistas.

A mitad de los años cincuenta del siglo pasado, Kate y Baba vivieron su infancia en los bellos paisajes rurales de la Irlanda profunda, rodeadas de un sinfín de personajes, algunos entrañables y otros maravillosamente detestables.

Tras pasar por un internado y dejar atrás a sus singulares familias, se instalaron en Dublín y se abalanzaron sobre el amor en todas sus formas conocidas, no todas «convenientes», desde luego, y no siempre con fortuna.

Lejana juventud

Pero han pasado los años, e Irlanda y los años de juventud quedan lejos. Ambas están casadas y viven en Londres. Kate, ya madre, con su gran amor de Dublín; Baba, con un ostentoso constructor, un nuevo rico, que le ofrece la vida de comodidades y lujos a la que siempre aspiró. Pero la cosa tiene «peaje».

Dos mujeres aún jóvenes e impetuosas, dos hombres definitivamente maduros. Una nueva ciudad y unas vidas nuevas. La maternidad y la madurez al fin. Y, sin embargo, tantas inseguridades todavía.

Kate y Baba parecen hablarnos desde nuestro propio presente: cómo viven, cómo aman, cómo temen. La vida se repite, y no acalla sus preguntas, esas que regresan una y otra vez, esas que no encuentran casi nunca respuesta. Nos salva, en ocasiones, la mano amiga, la persona que mejor nos conoce, la que puede hablarnos con toda sinceridad.

La realidad y el deseo

Con un prosa en la que lo poético juega papel importante, Chicas felizmente casadas (habría que instalar ese felizmente entre grandes comillas) es una novela corrosiva que, en definitiva, nos muestra que la vida, la existencia de cada cual, pocas veces acomoda su paso a lo que habíamos diseñado e imaginado.

Entre risas y llantos, Kate y Baba nos guían a través de los pequeños y grandes momentos hasta un epílogo, tan real como la vida misma.

Edna O’Brien ha creado un corpus literario único y personal con novelas como A Pagan Place, el libro de relatos Saints and Sinners, una obra de teatro sobre Virginia Woolf titulada Virginia y dos trabajadas biografías, una de James Joyce y otra de Lord Byron.