Los aplausos y excelentes críticas con las que ha sido recibida recientemente El veneno del teatro en Madrid, Barcelona y Argentina –próximamente llegará a Uruguay y Chile– certifican que la pieza sigue viva y que su lúcida reflexión sobre la esencia del teatro continúa emocionando a los espectadores.
El texto, firmado por José María Rodríguez Méndez, se acompaña de la última obra dramática escrita hasta la fecha por Rodolf Sirera, Trío, escrita originalmente en catalán y traducida por Rebeca Valls y Nacho Diago. Juntas, ambas obras funcionan como una “reflexión en torno a la actual situación del teatro”, según el autor.
Repleta de guiños
Repleta de guiños al teatro de Sirera, Trío gira en torno al deseo de dos actores en paro de montar El veneno del teatro, pese a la oposición de su creador, cansado ya de su célebre obra. “Se trata de una comedia y busca la complicidad con aquellos espectadores que conocen la actual situación del teatro contemporáneo. Por eso, precisamente, Trío es una obra divertida, pero no exenta de cierta crueldad e, incluso, mala leche”, apunta Rodolf Sirera.
La publicación de El veneno del teatro supone también una excelente oportunidad para acercarse a un texto que, pese a sus múltiples ediciones, la última de hace 14 años, resulta ya prácticamente imposible localizar en las librerías.
Experimento disfrazado
En El veneno del teatro, el prestigioso actor Gabriel de Beaumont es invitado al palacio del extravagante Marqués de…, quien le ofrecerá interpretar una obra de su autoría sobre la muerte de Sócrates. El encargo, sin embargo, será una trampa del marqués para someter al actor a un cruel experimento sobre realidad y representación en relación con el tema de la muerte.
Treinta y cuatro años después de escribir esta pieza, Sirera es consciente de que El veneno del teatro posee ya vida propia: “Es una obra que se sigue representando muchísimo, continúan haciéndose traducciones… Y la crítica insiste en repetir constantemente que se ha convertido en un texto clásico. En esas circunstancias poco puedo añadir, porque es una de esas obras que ha escapado al control de su propio autor”, señala.
Los orígenes
El dramaturgo valenciano Rodolf Sirera escribió El veneno del teatro en 1978 para su estreno en televisión. Interpretada por Ovidi Montllor y Carles Velat, la directora Mercè Vilaret fue la encargada de llevar la obra a la pequeña pantalla, en el programa Lletres catalanes de RTVE.
Han pasado casi 35 años desde entonces y, por el camino, El verí del teatre (en catalán en el original) ha sido traducida a más de una docena de idiomas, sigue representándose por todo el mundo y, convertida en un clásico del teatro español contemporáneo, otorgó reconocimiento internacional a su autor y lo consolidó como uno de los dramaturgos más importantes de las últimas tres décadas.
A propósito de Rodolf Sirera
Rodolf Sirera (Valencia, 1948) es licenciado en Historia. Participó desde finales de la década de 1960 en el movimiento del teatro independiente, colaborando como crítico teatral en diferentes publicaciones periódicas y asumió, entre 1979 y 1993, como gestor teatral, puestos de responsabilidad en la Comunidad Valenciana.
Es autor de más de cuarenta obras de teatro, algunas de ellas escritas en colaboración con su hermano Josep Lluís. Ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera; entre ellos, el Ciutat de Barcelona, el Born, el Sanchis Guarner, dos premios Max y el Nacional de Teatro de la Generalitat de Catalunya.
Sirera tiene obras traducidas y estrenadas en más de una docena de idiomas y ha traducido y adaptado textos de autores clásicos y contemporáneos. Entre sus obras destacan Plany en la mort d’Enric Ribera (1972), El verí del teatre (1978), La primera de la clase (1983), Cavalls de mar (1986, con Josep Lluís Sirera), Indian Summer (1987), la ópera El triomf de Tirant (1991, con Josep Lluís Sirera y música de Amand Blanquer), La caverna (1993), Maror (1994), Raccord (2006) y Trío (2012). Desde 1995 se dedica a la escritura de guiones para televisión.