El lector por horas
[1]Ismael acepta un empleo como lector por horas. Se le encomienda leer novelas para Lorena, una mujer ciega, y hacerlo con una entonación absolutamente neutra. Por más cuidado que ponga, cada inflexión de voz, cada respiración despiertan en su oyente una cascada de imágenes y sugerencias. Nada une a los personajes de esta obra, excepto los libros, que regalan alegría a sus vidas, pero que también las arañan dolorosamente.
La obra, una de las más complejas y logradas de Sanchis Sinisterra, fue estrenada en 1999 en el Teatro María Guerrero de Madrid. El montaje, una coproducción del Centro Dramático Nacional y el Teatre Nacional de Catalunya, contó con la dirección de José Luis García Sánchez y un reparto integrado por Juan Diego, Jordi Dauder y Clara Sanchís. El texto de la obra ha sido editado en la colección Austral, de la editorial Espasa Calpe.
84, Charing Cross Road
[2]Un día de octubre de 1959 Helene Hanff, una joven escritora entonces desconocida, envía una carta desde Nueva York a una librería de lance londinense de Charing Cross Road. Comenzaba así una relación epistolar con el responsable del establecimiento, Frank Doel, que se prolongará durante dos décadas hasta adquirir una intimidad casi amorosa.
Hanff reunió una selección de aquellas cartas en un libro que en España está editado Anagrama [3]. Como escribió un periodista de Newsweek: «84, Charing Cross Road es uno de esos libros de culto que los amigos se prestan unos a otros y que transforman a sus lectores en otros tantos miembros de una misma sociedad secreta».
En efecto, la obra conquistó un extraordinario éxito y fue llevada al cine en 1987: Anne Bancroft y Anthony Hopkins encarnaron a Helene y Frank en La carta final (1986), un filme dirigido por David Hugh Jones.
Han sido muy numerosas las adaptaciones teatrales de la obra que también se pudo ver en los escenarios españoles en un montaje en el que Isabel Coixet dirigió a los actores Carme Elias y Josep Minguell.
84, Charing Cross Road habla, como anotó en su día Coixet, de «los sentimientos ocultos, del amor como proyección, de las cosas que no se dicen porque no necesitan decirse, de la soledad como vocación» y también, por supuesto, de la pasión por los libros y la lectura.
El chico de la última fila
[4]Germán es profesor de Literatura en un instituto de secundaria. Ha pedido a sus alumnos una redacción y entre los trabajos que recibe, de inmediato, llama su atención el de Claudio. Su texto anuncia con un «continuará» próximas entregas. A partir de ese momento Germán se convierte en el lector de los escritos de su joven discípulo. Entre ambos se establecerá una singular relación.El texto de Juan Mayorga, editado por Ñaque, fue estrenado en el Festival de Otoño de Madrid en 2006 por el grupo Ur Teatro, bajo la dirección de Helena Pimenta. La obra ha sido objeto de una magnifica adaptación cinematográfica, la que firmó el año pasado François Ozon: En la casa (Dans la maison).