Herreros se ha propuesto plasmar la biografía, el universo y, sobre todo, la mirada de la artista en un cómic formidable ligado a la muestra de 90 obras de O’Keeffe presentes, hasta el próximo 8 de agosto, en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en la mayor exposición celebrada hasta la fecha en España de esta pionera de la abstracción.
El cómic rehúye el relato convencional tan habitual en otros trabajos con objetivos similares. A Herreros le interesa más transmitir el afán de búsqueda y la libertad de su mirada que empalmar una sucesión de episodios y encuentros por relevantes que sean. Valiéndose, en buena medida, de unos cuantos extractos de la correspondencia de la pintora como hilo conductor, nos sumergimos en su mente. Herreros nos ayuda a entender su modo de recrear Nueva York (“por muy altos y majestuosos que sean los edificios, la luz, la niebla, la naturaleza puede moldearlos”) y, sobre todo, a experimentar la felicidad que encuentra fuera de la gran metrópoli, sola y feliz en un rancho al norte de Nuevo México; allí donde confiesa flotar en el aire, quedarse sin aliento de la emoción de estar en campo abierto entre montañas, el lugar en el que descubre “una paleta fascinante de marrones como una maravillosa alfombra con estampados, como una pintura abstracta”.
La pintora de las flores y los cráneos, los paisajes texanos y los rascacielos neoyorquinos, tenía además una poderosísima fotogenia de la que supo sacar provecho la cámara de su marido y que tiene asimismo una presencia protagonista en el cómic. Herreros recrea muchos de los desnudos y poses que le hizo Stieglitz, retrata la juventud, madurez y decrepitud de su cuerpo, y subraya su oposición a las interpretaciones sexuales y de género que suscitaban sus pinturas de formas y colores voluptuosos. Dibuja, en definitiva, el coraje de una mujer decidida, poniendo en viñetas una manera de haber estado y estar en el mundo que se resume así en las páginas finales: “Siempre sentí que caminaba por el filo de un cuchillo. En este cuchillo, me puedo caer por ambos lados pero lo caminaría de nuevo. ¿Y qué si me caigo? Prefiero caerme haciendo lo que me gusta”.
María Herreros
Editorial Astiberri y Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
128 páginas
15 euros