Hijo de una actriz belga y de un hombre de negocios italiano, Patrick Modiano creció entre Jouy-en-Josas y la Alta Saboya. Las ausencias repetidas de sus padres le acercaron a su hermano mayor, Rudy, que murió a la edad de 10 años. Tras aprobar la selectividad, no se animó a ingresar en la universidad y decidió dedicarse plenamente a la escritura.
Modiano nació en el último año de la Segunda Guerra Mundial y eso, según propia confesión y así trasciende en sus libros, gravita sobre una sustancial parte de su amplia obra, casi toda traducida al español, que tiene en la ocupación nazi uno de sus puntos de apoyo literario. Como ha repetido hasta la saciedad, aquel período «confuso e ignominioso» de la historia de su país, «nos ha marcado como individuos y marcado parte de nuestra literatura».
Ocupación y colaboracionismo
Sus primeras obras giran en torno a la ocupación y el colaboracionismo (El lugar de la estrella, galardonada con el Premio Roger Nimier y el Premio Fénéon, La ronda de noche y Los bulevares periféricos). En 1978 obtuvo el Premio Goncourt por La calle de las tiendas oscuras y en 1984 recibió el Premio de la Fundación Pierre de Mónaco por el conjunto de su obra.
Paradójicamente, la introspección y el intimismo cohabitan en su línea narrativa con una descarnada ausencia de subterfugios y barreras a la hora de hablar de su familia. Lo autobiográfico, con matices casi despiadados en ocasiones, aflora en sus libros. En esa línea es paradigmática su apuesta en El libro de familia, una colección de relatos a través de los que lidia con algunos de los fantasmas que sobrevuelan su existencia desde la infancia: la figura de un padre perseguido por la Gestapo, la lucha de su madre por vivir de la música, sus primeros amores…
La propia identidad
En español, entre otras obras, también se han publicado Domingos de agosto, Viaje de novios, El rincón de los niños, Las desconocidas, Dora Bruder y Joyita. Este gran autor, de una extremada sensibilidad, describe en sus ficciones la búsqueda de la propia identidad, que oscila entre el recuerdo desgarrador y la tentación de la amnesia benéfica.
Una escritura cincelada en la que lo poético está muy presente y una capacidad para hacer de la vida diaria, con su vaivén de dramas y satisfacciones, asunto literario, han fraguado en una obra que acumula ya más de 25 piezas narrativas (casi todas novelas de mediana o breve extensión).
Así las cosas, el Premio Nobel de este año ha caído, y con justicia, en eso que tópicamente se ha dado en llamar un autor de raza.
Entre los últimos ganadores del Nobel están la canadiense Alice Munro en 2013, el novelista chino Mo Yan en 2012, el poeta sueco Tomas Tranströmer en 2011 y el escritor peruano Mario Vargas Llosa en 2010.