A las preguntas concretas de los periodistas acerca de su participación en PoeMad, Aridjis contesta dando rodeos explicativos que contienen breves y preciosos relatos orales. “El idioma español es mi patria espiritual”, dice con un entusiasmo contagioso; una patria que el escritor septuagenario –“el hombre que habla con los ángeles”, escribió de él el premio Nobel Le Clézio– no ha hecho más que ensanchar con su obra.
Todos los mapas y géneros
Homero Aridjis empezó a escribir cuando, a los diez años, ingresó en el hospital tras sufrir un accidente con una escopeta que casi le cuesta la vida. Conservarla fue también soldarla para siempre a la escritura: fue el inicio de una trayectoria que atraviesa temas y géneros convirtiéndole en un escritor enormemente prolífico, que ha cultivado tanto la poesía, la novela y -aunque en menor medida- el teatro, como el ensayo y hasta la literatura infantil.
La obra de Aridjis recorre los mapas de la historia, desde las raíces míticas del mundo prehispánico hasta la actualidad casi apocalíptica de la Ciudad de México, asfixiada por la contaminación y la violencia, por catástrofes sociales y medioambientales contra las que Aridjis se posiciona y lucha incansablemente.
El escritor mexicano participa hoy sábado, 31 de octubre, a las 20.30 h, en el Festival de Poesía de Madrid, que reúne este año a reconocidos autores procedentes de México, Colombia, Chile e Italia. Aridjis recitará, para el deleite de sus lectores, poemas escogidos de entre su vasta obra. “Trabajo mucho los poemas para que fluyan, para que se puedan leer bien de corrido”, comenta, revelando también su alegría de participar en un acto así en un país que siente como una especie de “patria poética”: “El hecho mismo de leer poesía en España es ya importante para mí, puesto que en los cimientos de mi formación literaria se encuentran por supuesto los autores clásicos españoles”.
Para Aridjis, la percepción del mundo pasa inevitablemente por el tamiz de lo poético, de lo onírico. Uno de los poemas que leerá en PoeMad será Encuentro con mi padre en la huerta, en el que el poeta imagina un encuentro con su padre muerto frente una higuera. “Mi padre, que era griego, plantó al llegar a México unas higueras en medio de los cactos y magueyes mexicanos”, cuenta Aridjis, explicando que el poema recrea una comunicación poética con el padre a través de los higos. Los otros poemas que serán recitados en PoeMad sólo podremos conocerlos acudiendo a la cita.
Encuentro con mi padre en la huerta
Pasado el mediodía.
Pasado el cine,
con sus altos muros pesarosos
a punto de venirse abajo,
entro a la huerta.
Terminada la función,
todos se han ido:
los peones, los perros y las puertas.
Delante de una higuera
mi padre está parado.
Mi madre ha muerto.
Los hijos han envejecido.
Él está solo,
hilillos de aire
atraviesan sus ropas harapientas.
Por miedo a acercarme y asustarlo
con mi presencia viva,
quiero pasar de largo.
Él pregunta al extraño,
ahora con pelo blanco:
“¿Quién anda allí?”
“Padre, soy tu hijo.”
“¿Sabe tu madre que has regresado?
¿Vas a quedarte a comer?”
“Padre, desde hace años
tu esposa descansa junto a ti
en el cementerio del pueblo.”
Entonces, como si adivinara todo,
él me llama por mi nombre de niño
y me da un higo.
Así nos encontramos los vivos y los muertos.
Luego, cada quien siguió su camino.