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Suma de las Letras edita en español un volumen que ha protagonizado el debut literario más exitoso de la historia de Dinamarca, con 100.000 ejemplares vendidos en dos meses. Los poemas de Hassan no son convencionales. Escritos en mayúsculas, en verso libre y sin puntuación, están construidos por la ambición de un poeta que explora su escritura.
El joven se interesó desde pequeño por el lenguaje, y después de probar con el rap, se fue abriendo paso hacia la poesía, ya que ésta no le imponía una estructura demasiado rígida para expresarse con libertad. Así surgieron unos poemas narrativos, cuando quería describir una situación concreta, y otros más abstractos cuando exploraba su parte más lírica y hablaba de sentimientos.
Vivencias
Los versos de Hassan siempre hablan de sus propias vivencias. En los primeros poemas de su libro se centra en su educación, para después relatar sus experiencias, sus emociones y estados de ánimo, y lo hace con un amplio abanico de registros: desde la rabia hasta el dolor, la ternura, la alegría y el humor.
La vida del joven ha estado marcada por una infancia difícil llena de violencia, tanto por parte de su padre como de las instituciones de un país teóricamente ejemplar como Dinamarca; una adolescencia de criminalidad, vivida con amigos de los bajos fondos o con otros miembros de su familia; y por las negligencias familiares e institucionales que acaban en desgracia.
Una crítica incesante al sistema y a la hipocresía de la sociedad occidental, que reciben refugiados de guerra y los apartan en guetos; de sus padres, que se aprovechan de las ayudas sociales de un país al que rechazan; de los musulmanes sumamente religiosos, que exponen a sus hijos a una violencia doméstica constante… Sus recitales implican auténticos despliegues de seguridad, ya que estas críticas le han situado en el punto de mira de los extremistas, recibiendo multitud de amenazas de muerte y teniendo que ir acompañado de dos guardaespaldas.
Amor por la literatura
Yahya Hassan nació en 1995 en el seno de una familia de palestinos que emigraron desde un campo de refugiados a Dinamarca en los 80. A los 13 años abandonó el colegio, después de que una infancia marcada por el miedo y la violencia le empujara a delinquir y a llevar una vida al borde de la marginalidad. Tras reiteradas acciones criminales, entró en Solhaven, un internado denunciado en 2011 por ejercer la violencia contra algunos de los jóvenes.
Hassan desarrolló por sí mismo el amor a la literatura, entre sus referentes, él mismo ha citado a Dostoyevsky, Michael Strunge y Stieg Larsson. Poco después de empezar a escribir, sus textos llamaron la atención de una de sus profesoras, la escritora Louise Østergaard. Aquello desembocó en una relación que inspiró la primera novela de ella y algunos de los poemas de él.
Cuando salió del centro de menores, Hassan volvió a delinquir, pero siguió escribiendo y logró entrar en la universidad. La historia de Hassan y su poesía han sido objeto de atención de la prensa de todo el mundo independientemente de su línea editorial, desde el periódico inglés The Guardian hasta el estadounidense The Wall Street Journal.
