Cláusula primera: Si la interpelada respondiera de manera afirmativa a la pregunta formulada, el abajo firmante renunciaría al fútbol, a todo el fútbol, de cualquier competición y de cualquier ámbito, también a los partidos de Liga del fin de semana, aunque eso excluya al abajo firmante de todas las tertulias el lunes en la oficina con los compañeros, y lo convierta, a corto o medio plazo, en una especie de apestado social.
Todo ese tiempo no gastado en la contemplación de morralla audiovisual se dedicaría a pasear en compañía de la interpelada, a charlar en bares y cafeterías y a asistir al estreno de películas donde predominen las escenas dialogadas y los protagonistas no gocen de superpoderes y no explote ningún edificio y no salgan coches de gran cilindrada haciendo chirriar los neumáticos. Para amoldarse mejor a los gustos cinematográficos de la interpelada, incluyendo las películas subtituladas de países exóticos (como Irán o Portugal), el abajo firmante se compromete a hacerse el carnet de socio de la Biblioteca Pública y a documentarse profusamente, sacando en préstamo todos los deuvedés que fueran necesarios, y a visionarlos en su domicilio, con diligencia y disciplina, sin pulsar nunca la tecla de avance rápido.
Cláusula segunda: El abajo firmante promete asimismo hacer todo lo posible para luchar contra el mayor enemigo de las relaciones: la rutina. Planteará temas de conversación interesantes y sustanciosos y participará activamente en las conversaciones que inicie la interpelada. Asume el compromiso de aprender a escuchar mejor y aumentar, significativamente, sus niveles de empatía. Nunca relatará en casa episodios laborales de escaso interés para alguien ajeno al juzgado donde trabaja. Se evitará hablar de pleitos, de jefes obtusos, de agravios comparativos que claman al cielo, de los vericuetos y meandros del procedimiento administrativo y de chapuzas burocráticas.
Cláusula tercera: Se garantiza la conmemoración por todo lo alto de cumpleaños y aniversarios, mediante desayunos en la cama, ofrendas florales, entrega de joyas que no procedan de los tenderetes del mercadillo, cenas en restaurantes glamurosos donde los camareros no huelan a sudor ni tengan tatuajes de serpientes en los antebrazos, viajes a París y Roma y otros detalles que no especificaremos aquí para no estropear el factor sorpresa. En caso de olvido accidental de cualquier efeméride importante, el abajo firmante se compromete a una compensación proporcional al tamaño y magnitud de su omisión imperdonable.
Cláusula cuarta: Antes de conocer a la interpelada y de entablar trato con ella, el abajo firmante manifiesta que su vida era insípida y lóbrega. Su corazón era un sapo aletargado, sepultado bajo dos metros y medio de tierra negra. Antes de conocer a la interpelada, los días pasaban como cadáveres a la deriva flotando en un río. Ahora, pronunciar el mero nombre de la susodicha ya actúa igual que un conjuro o hechizo capaz de transformar la realidad en algo luminoso y fragante.
Cláusula quinta: El abajo firmante se compromete a dejar de fumar, a incluir en su dieta frutas y verduras e incluso tofu, comprarse un chándal y apuntarse a un gimnasio, así como ir a correr, al trote o al galope, los domingos por la mañana hasta alcanzar un estado de forma física que se corresponda con su edad o que incluso la mejore. Todo ello con el objetivo principal de mantener la pasión por encima de los estándares más exigentes.
Cláusula sexta: La convivencia se regirá por un reparto equitativo de tareas domésticas, mediante tabla de Excel mensual que será impresa a color y adosada a la puerta del frigorífico, aunque el abajo firmante anticipa ya que no le importará hacerse cargo de un 60% o incluso de un 70% de los quehaceres del hogar.
También acepta la idea de tener hijos con la interpelada si ella lo considera oportuno y necesario, con el límite de cuatro, porque tener cinco hijos o más ya no es perpetuación de la especie sino ganadería intensiva.
Cláusula séptima: Si la respuesta de la interpelada fuera negativa, se mantendría la relación actual de amistad que ya dura dos años, en los mismos términos y condiciones, y el abajo firmante se compromete a no plantear una solicitud similar a la recogida en este documento, ni con argumentos análogos ni con una estrategia alternativa, hasta transcurridos por lo menos ciento ochenta días naturales.
Cláusula adicional: En caso de discrepancia sobre la interpretación de alguna de las cláusulas anteriores, la fuente autorizada para resolución de conflictos y esclarecimiento de ambigüedades es la obra de poetas como Garcilaso de la Vega, Gustavo Adolfo Bécquer, Pedro Salinas, Pablo Neruda y cualesquiera otros. El abajo firmante promete documentarse, en los términos expresados en la Cláusula primera, para ampliar esta lista hasta los veinte o treinta nombres.
Y para que conste todo ello en acta, así lo firmo a petición de la interpelada, en servilletas de papel numeradas del uno al quince, sobre la mesa del rincón del bar El Malagueño, a 3 de febrero de 2019.
Más sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz
El gran número de autores innovadores y la gran calidad del cuento español en el panorama literario contemporáneo es un fenómeno reconocido tanto por la crítica especializada como por los aficionados a la literatura en general y a la narrativa breve en particular. Con el objetivo de promover y difundir este género, hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, y KOS, Comunicación, Ciencia y Sociedad, con la colaboración de Arráez Editores SL, convocan la primera edición del Premio Internacional de Cuentos Breves ‘Maestro Francisco González Ruiz’, dotado con 3.000 euros.
El certamen se desarrolla en una fase previa y otra final. Durante la previa, el viernes de cada semana, el Comité de Lectura selecciona el relato que, a juicio de sus miembros, sea el mejor entre los enviados hasta esa fecha, publicándose el lunes siguiente en hoyesarte.com. Como este Amor vinculante (una declaración), sexagésimo cuarto cuento seleccionado.
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