Esternocleidomastoideo. Abductor. Isquiotibial. Son palabras que hacen mucho ruido.
Estoy sentada en la mesa del comedor, aún a medio recoger desde la comida. He apartado mi plato con la salsa ya coagulada y reseca, y he colocado mis libros en su lugar.
Mi madre friega. La veo menearse con sus rodillas ligeramente metidas hacia adentro y el vapor del agua que asciende frente a ella.
Mi padre se ha sentado en el sillón a ver la tele, pero se ha quedado dormido. Las personas detrás de la pantalla gritan las noticias, y él ronca con el cuello doblado hacia atrás y la mandíbula colgando.
Esternón. Fémur. Arrastro la R sobre un grano de arroz seco que está debajo del papel. Levanto la hoja y aparto migas y más arroz hacia un lado.
—¿Qué tal vas, cariño? —me dice el aliento a cebolla cruda de mi madre que ahora está frente a mí.
Intento espirar al mismo tiempo que sus palabras y aguanto la respiración.
—Bien —respondo cuando ya está a una distancia prudencial y puedo inspirar de nuevo.
Oigo la llave en la puerta. Mis clavículas se levantan y mis trapecios se contraen. Entra en el comedor el cuerpo opaco de mi tío. Un cuerpo con la camiseta ceñida y unos vaqueros gastados, un cuerpo que no tiene cara hasta que yo no la mire. Y eso no ocurre.
—¿Qué pasa? —dice a modo de saludo.
—Hola, Ramón —le responde mi madre que ahora está secando los platos.
Mi padre continúa roncando.
Viene hacia mí, se sitúa detrás de la silla, se agacha y repite cerca de mi oído:
—¿Qué pasa?
Yo no digo nada.
—Anda, Ramón, córtale esta manzana a la niña, que tiene mucho que estudiar —dice mi madre con el trapo en la mano.
—Yo te puedo ayudar—. Mi tío coloca su mano sobre mi omóplato.
Nohacefalta, es lo que quiero decir. Pero, en su lugar, aprieto el lápiz contra el papel y la punta se rompe.
—Eso, que te ayude Ramón —y dirigiéndose a él— pero antes córtale esta manzana.
Mi tío se aleja y camina hacia la encimera. Mis músculos se expanden. La manzana ya está preparada sobre una tabla de cortar con un cuchillo al lado. Coge la manzana. Cojo mi lápiz. Coge el cuchillo. Cojo el sacapuntas. Empieza a cortar. Introduzco el lápiz y lo giro.
Mi tío grita. Desde mi lugar puedo ver cómo su cuerpo se dobla hacia delante protegiendo su mano. Mi madre reacciona rápido y le ayuda a ponerla bajo el chorro del grifo. La sangre se diluye con el agua. Mi tío sigue gritando. Mi padre se ha despertado. Yo me detengo. Miro mi lápiz en una mano y el sacapuntas en la otra. Empiezo a girarlo de nuevo, el lápiz se va haciendo pequeño y la viruta se acumula sobre mi hoja. Mi tío grita cada vez más y ahora se unen los alaridos histéricos de mi madre. Le ha puesto el trapo alrededor de la mano, se va tiñendo de rojo. Mi padre se acerca alarmado. Sigo girando y girando mientras leo sobre mi papel: flexores, bíceps, deltoides, pectorales.
Corazón.
Siento un enorme placer.
Sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz
hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores [1] y de la marca de comunicación Alabra [2], convocó en octubre de 2023 la cuarta edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 3.000 euros y dos accésits honoríficos.
El galardón consta de una fase previa y una final. Durante la previa, en la que estamos, el Comité de Lectura seleccionará uno o más relatos que, a juicio de sus miembros, merezca pasar a la fase final entre todos los enviados hasta el 15 de mayo. Los relatos seleccionados se irán publicando periódicamente en hoyesarte.com. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas y publicadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del premio y de los dos accésits.
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Fechas clave
Apertura de admisión de originales: 30 de octubre de 2023
Cierre: 15 de mayo de 2024. PLAZO CONCLUIDO
Fallo: 31 de agosto de 2024
Ceremonia de entrega: Último trimestre de 2024