Cuando llegó era temprano. O eso pensó. En la puerta no había nadie esperando.
Su raciocinio se anticipó y dedujo que aquello era lo normal ¿Quién le iba a dar la bienvenida en el infierno?
Aun así, en sus fantasías de gitano viejo recordaba al diablo dando alguna que otra explicación.
En el infierno no había nadie.
Por no existir no existía ni olor a azufre, ni almas devorándose sus propios órganos en señal de penitencia.
El infierno era eso, la nada.
Se ajustó el chaleco y abrió sus libros. Creía que ellos le indicarían el camino para salir del entuerto en el que se había metido por culpa de la muerte.
La muerte parece ser siempre la culpable.
De repente se acordó de Macondo, el pueblo recién parido en el que aterrizó un día con su tribu y sus cachivaches.
Sintió una punzada de remordimientos al reconocer sus trucos de ilusionista.
Melquíades no sabía las horas que llevaba el aquel lugar.
No existía el tiempo ni había astros ni hambre ni sueño.
Solo él, sentado con su sombrero de ala ancha, su confusión y sus libros amontonados en el regazo.
Era un hombre de hierro, pero imaginó que el dolor debía ser algo similar a esto que le atormentaba.
Inmune a los placeres mundanos, a las alegrías de cartón, a la lástima de la pérdida.
Por eso le asustaba el fuego que se había encendido en su pecho. Desconocía el significado del ardor y no le ponía nombre a la amargura.
Era un gitano estoico y nunca en él se había presentado el tedio.
En cambio en aquel rincón empezó, ocioso, examinando su sombrero y acabó curioseando las suelas de sus viejos zapatos.
No le dieron ganas de comer, pero su memoria reconoció el olor a azúcar tostado de los días de feria.
Se puso a llorar desconsolado.
Eso era la nostalgia y les estaba comiendo a bocados.
Cuando sus lágrimas eran ya un océano decidió levantarse para buscar consuelo a todo ese torbellino que nacía no sabía dónde y acababa muriendo en su piel erizada.
Abrió los ojos.
Intentó respirar a trompicones, como lo hacen los peces cuando se ahogan.
Estaba tendido en el catre de una tienda. Con una jarra de agua a su lado derecho y sus libros al izquierdo.
Al cabo de pocos minutos apareció una mujer enorme, con falda de zíngara, argollas en las orejas y brazaletes de bronces. El pañuelo que cubría su cabeza hacia pequeña su mirada y sus ojos eran los de una ardilla temerosa.
Ella le tomó el pulso con la pesadez de la rutina. Entonces abrió sus pequeñísimos ojos lo más que pudo. Se sacó del corpiño un espejuelo y lo colocó delicadamente debajo de la nariz de Melquíades. De inmediato el cristal se nubló con su respiración.
La gitana, entre el asombro y el pavor, se asomó a la puerta de la tienda. Y como una parturienta gritó:
“Melquíades ha resucitado”.
Más sobre el II Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz
El gran número de autores innovadores y la gran calidad del cuento español en el panorama literario contemporáneo es un fenómeno reconocido tanto por la crítica especializada como por los aficionados a la literatura en general y a la narrativa breve en particular. Con el objetivo de promover y difundir este género, hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores SL, convocaron la segunda edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 4.000 euros y cuyo plazo de presentación de relatos concluye el 7 de julio de 2021.
Durante la fase previa, cada semana el Comité de Lectura seleccionará el relato que, a juicio de sus miembros, sea el mejor entre los enviados hasta esa fecha. El relato seleccionado se publicará posteriormente en hoyesarte.com. Este procedimiento se repetirá cada semana, durante las 27 semanas (tantas como las letras del abecedario de la lengua española) comprendidas entre el 2 de enero de 2021 y el 7 de julio de 2021. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del primer y segundo premio y de los dos accésits.
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Fechas clave
Apertura de admisión de originales: 2 de enero de 2021
Cierre: 7 de julio de 2021
Fallo: 6 de agosto de 2021
Acto de entrega: 21 de agosto de 2021