Sobre la mesa, un papel con un cuerpo humano dibujado. Un cuerpo transparente, con los músculos y huesos al descubierto. Tienen flechas clavadas en...
Cuando el sheriff del condado de Cleveland llega al lugar de los hechos, encuentra a los agentes de uniforme que, sorprendidos por su presencia,...
«Murió padre». Un microrrelato de diez caracteres. Un título apenas para que seas tú el que escriba la historia; para que mires debajo de...
Paso la mano por tu nuca, tironeo del pelo hacia atrás, tu cabeza acompaña el movimiento, entrecerrás los ojos y te mordés el labio....
En su tierra las llamaban así, caléndulas, nombre más musical y evocador que maravillas o dondiegos, como pronunciaban con eses interminables las señoritas madrileñas...
La historia es casi tan vieja como la humanidad misma. En el principio, Villorrio Azul era solo un aburrido paraíso. Los seres vivientes se...
Es verdaderamente desesperante; seis noches sin pegar ojo. Las microsiestas sentado en el inodoro, preparando un té de tilo o subiendo al colectivo se...
Cuando la comisaria Martínez, famosa criminóloga, y su compañero de la científica, Nelson, recibieron por radio la noticia de un posible asesinato en el...
Lo sintió como una flojera del lado izquierdo -un cosquilleo apenas desagradable- que atribuyó a las tardes de planchado eternas de lunes a sábado....
Aquella era la curva doscientos quince del trayecto. Las tenía bien contadas y sabía que solo restaban veinte para llegar a su destino. El...
La leche mentida, el beso romo, una nana cantada y marinera, ea, mi niña, ea, una nana cantada y marinera. Porque una madre es...
A los siete años escribí que, en otoño, el frío sube desde el dedo gordo del pie hasta el corazón. Y que con un...
Llegué a la terminal de trenes a las ocho de la noche como todos los viernes que viajaba a mi ciudad. El servicio que...
Mi madre me había regalado un jersey de muerto. Convenientemente planchado, desinfectado y con olor a naftalina…, y ese tufo imperceptible que sobrevive a...
Jadeaba. De cara a la tierra, jadeaba. El sol del mediodía me quemaba la mollera, sumándole que había empezado a sentir un ardor insoportable...