Eran las seis de la mañana y padre ya estaba muerto.
»… limpió sus manos, las chocó entre sí sacudiéndose la tierra. Contempló sus palmas y halló su piel lacerada solo por el trabajo y...
Soy la madre de los Sin Nombre, he caminado todas las tierras buscando, por instinto, entre millones de palabras, las precisas para llamar a...
Echa un vistazo por la mirilla antes de salir, abre despacio la puerta (las bisagras conspiran contra ti), no hagas demasiado ruido al caminar...
La condesita había descubierto aquella pequeña mancha oscura una mañana en la que el reverbero del sol restallaba, por la luz cautiva del verano,...
Posada de la Rosa Roja, Pensilvania, 10 de junio de 1902. Admirado señor Wilson (o no sé si debiera decir querido James):
A punto están de sonar en el pueblo las siete campanadas de un diez de octubre recién despierto. Justo debajo del campanario, en la...
Un buen día te sientas a comer y, de repente, ya nada vuelve a ser lo mismo. Y la comida se queda sin tocar,...
Todo fue como yo quería. El sol partió en dos los brillos de las hojas y se despeñó después por detrás del horizonte. Como yo...
Me gusta vestirme con faldas cortas y anchas. Lo hago para que la energía de la tierra pueda subir por mis piernas, pero eso...
Se podría decir que aquel banco era suyo, o casi. Al menos por las mañanas parecía un elemento más del paisaje. Se sentaba allí,...
En mi último viaje a Buenos Aires fui a visitar a Emilio Oster. A él le debo mi pasión por las matemáticas. Cuando lo...
Cuando Andi nos abrió la puerta –puerta nueva, blindada–, el nene me soltó la mano y se largó a correr por el departamento; estaba...
María Castillo Iraola es una mujer deslumbrante, deslumbrante en todos los aspectos. A mí me tiene atrapado desde que la conocí, hace ahora unos...
A veces me siento a tomar un café en las terrazas de la alameda y veo pasar repartidores de pizzas y perros que tiran...