Pero, durante la sesión de baile, el sótano es un verdadero reducto porteño traspuesto en el tiempo y el espacio, puramente por accidente, a un barrio de Madrid.
Yo iba los jueves, para coincidir con el tipo con el que me emparejé el primer día. Él no iba allí a aprender, sino a practicar. Decía que era el único garito de esta ciudad, tan lejos de la Argentina, en el que por las escaleras se podía bajar a Buenos Aires. Se lo decía a otros, porque conmigo casi no hablaba. Tenía fama de rechazar como compañeros de baile a casi todos los novatos -también bailaba con hombres- pero yo le gusté desde el principio. Fue, de hecho, él quien me eligió. Le advertí que nunca había bailado tango, pero me dijo que le bastaba con haberme visto andar. “El tango es congénito”, dijo. “Aprenderlo es imposible. Es como si alguien quisiera aprender a tener los ojos verdes”.
Yo bailaba con sandalias de tacón, incómodas, diseñadas por alguien que nunca pensó ponérselas. Tenían unas tiritas imposiblemente finas que se clavaban en la carne, sobre todo en la del meñique del pie izquierdo, disparando en la diana de ese punto en el que el dolor y el éxtasis se confunden. No podía, por tanto, hacer otra cosa que bailar, agarrada a él como si en ello me fuera la vida. A sus dedos largos, posados en mi espalda, llegaban ocasionalmente perlas de sudor deslizándose por el surco en el que se hunde mi espina dorsal. Mis labios, mientras, se concentraban en apretar el quejido de ese meñique maltrecho con vocación de clítoris que baila cerca del charol negro de sus zapatos.
No sé cómo se llama, y el a mí, sin preguntar, decidió llamarme Palmira. Huele bien, con un deje a humo, porque hace mucho que fue fumador y todavía hay nicotina atascada en sus poros.
Los dos sabemos que bailando somos infieles a nuestras parejas. Yo, al padre de mis hijas, él a su mujer, que es enfermera de turno de noche y salva las vidas de otros, mientras nosotros, bailando, salvamos la nuestra.
Más sobre el II Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz
El gran número de autores innovadores y la gran calidad del cuento español en el panorama literario contemporáneo es un fenómeno reconocido tanto por la crítica especializada como por los aficionados a la literatura en general y a la narrativa breve en particular. Con el objetivo de promover y difundir este género, hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores SL, convocaron la segunda edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 4.000 euros y cuyo plazo de presentación de relatos concluye el 7 de julio de 2021.
Durante la fase previa, cada semana el Comité de Lectura seleccionará el relato que, a juicio de sus miembros, sea el mejor entre los enviados hasta esa fecha. El relato seleccionado se publicará posteriormente en hoyesarte.com. Este procedimiento se repetirá cada semana, durante las 27 semanas (tantas como las letras del abecedario de la lengua española) comprendidas entre el 2 de enero de 2021 y el 7 de julio de 2021. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del primer y segundo premio y de los dos accésits.
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Fechas clave
Apertura de admisión de originales: 2 de enero de 2021
Cierre: el plazo concluyó el 7 de julio de 2021
Fallo: 6 de agosto de 2021. Modificado el 14 de julio. Nueva fecha para el fallo: 17 de agosto
Acto de entrega: 21 de agosto de 2021. Modificado el 14 de julio. Nueva fecha para el acto de entrega: 4 de septiembre
Nota de los organizadores publicada el 14 de julio: Dado el gran número de relatos recibidos durante las últimas semanas, que ha rebasado todas las estimaciones, se hace imprescindible modificar la fecha del fallo del premio y del acto de entrega para asegurar que el trabajo de valoración del Comité de Lectura pueda ser realizado en las mejores condiciones posibles y de esa forma garantizar la igualdad de oportunidades de todos los participantes. Muchas gracias por su comprensión.