En esta 37ª edición de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que se inició en 1977 y que no ha faltado desde entonces a su cita anual, participan 40 librerías: 31 de Madrid, 4 de Barcelona, 1 de Sevilla, 1 de Pamplona, 2 de Granada y 1 de Salamanca.
Cuarenta y uno serán los pabellones instalados en el Paseo de Recoletos, uno de ellos destinado a informar a los visitantes, la venta de carteles y libros conmemorativos de la Feria. Como en años anteriores, se publica una obra sobre tema madrileño. En esta ocasión se trata del libro Frente de Madrid, de Edgar Neville, que incluye un prólogo de José Esteban.
El pregón inaugural estará a cargo del escritor y poeta Félix de Azúa. Por otra parte, el cartel de la Feria es obra del artista cántabro Emilio González Sáinz.
Segunda mano y descatalogados
Este año, los visitantes pueden encontrar una amplia oferta en libros de fondo, segunda mano y descatalogados, a precios muy asequibles, junto con una selección en ejemplares antiguos; primeras ediciones literarias, algunas dedicadas por sus autores; volúmenes ilustrados; encuadernaciones artísticas; documentos manuscritos de todas las épocas; alta bibliofilia, todo ello con el fin de satisfacer la búsqueda de muchos bibliófilos, investigadores, aficionados y curiosos.
La Feria también hará las delicias de los nostálgicos que buscan recuperar los libros de su niñez gracias a los cuentos de Calleja, Elena Fortún y su inolvidable Celia, Antoñita la Fantástica, los libros de escuela, tebeos y álbumes de cromos.
No solo se pueden encontrar libros. También existe un amplio surtido de obra gráfica antigua, en forma de grabados y litografías, dentro del más variado abanico temático: grabado clásico, planos y mapas, vistas locales, costumbrismo, ciencia, moda, artes decorativas, carteles de cine-guerra civil-teatro-toros-circo y programas de mano. Además, la oferta que los libreros han preparado para este año se complementará con una gran selección de dibujos originales, figurines de moda, publicidad, documentos, fotografías, tarjetas postales, revistas, periódicos… en resumen, con todo aquello relacionado con el coleccionismo del papel antiguo.
En la actualidad, las librerías anticuarias o de viejo juegan el papel de las antes llamadas librerías de fondo. Esta Feria, que llega a su 37ª edición, supone la oportunidad para los aficionados de disfrutar, durante 20 días, en horario de 11.00 a 21.00 h, de la mejor y más grande Librería de Fondo en el centro de Madrid, con más de 300.000 ejemplares al alcance de todos, que proporcionan a los madrileños y a los miles de personas que acuden a la capital española, la oportunidad de ver –y de tocar– los volúmenes, además de promover la cultura del libro e incentivar la lectura.
Félix de Azúa
[1]Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos.
Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros más recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horas y Autobiografía sin vida.
Emilio González Sáinz
[2]Creador nacido en Torrelavega (Cantabria), reconocido en alguna oportunidad como «Mejor artista cántabro», es ganador de numerosos premios, como el de pintura Focus Abengoa.
Su obra está marcada por el uso de pocos elementos en sus composiciones, otorgándole a estas un carácter claramente vinculado a la corriente metafísica.
La irrealidad de sus formas esquemáticas, rectas y cargadas de poesía generan esos ambientes oníricos tan característicos y frecuentes en el arte metafísico. Una obra dividida en dos partes bien diferenciadas: los paisajes y las escenas de interior.