Para explicar su obra, Corazón explica que «con las buenas lecturas, sigo teniendo la evidencia cinestésica, física, de estar ascendiendo, no por elevación, sino pisando peldaños. A veces unos pocos peldaños, otros una escalera sin fin».
El polifacético artista dice «sentir al sumergirse en un libro desaparecer el entorno, el ruido, el calor y el frío, el tiempo, la memoria se suspende, pisas el siguiente escalón. Cuando has terminado la lectura, durante unos instantes, lo que te rodea se ha transformado. No eres el mismo que el que comenzó esa lectura. Sientes la nostalgia de la ascensión. Esa nostalgia es la que nos empuja hacia un nuevo libro. Hacia una nueva escalera».
Alberto Corazón se declara privilegiado por haber podido trabajar en el cartel ya que «pensar que esta imagen, durante unas semanas, estará en miles de soportes lectores, es una oportunidad que, como diseñador, considero un privilegio».
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