Actualmente, los escritores reciben un 25% en derechos de los libros electrónicos, bastante más que el 8 o 10% que reciben por los de papel. Sin embargo, en los últimos días han hecho campaña para elevar ese porcentaje hasta el 75% en el caso de los e-books, al considerar que las editoriales no pueden justificar su desproporcionada parte por unos inexistentes gastos de impresión o distribución.