El jurado de estos galardones, presidido por Basilio Baltasar y formado por Cristina Fernández Cubas, Eduardo Lago, Aurelio Major e Ignacio Vidal-Folch, ha decidido reconocer por unanimidad los méritos de la obra del escritor, subrayando “la elegancia literaria con que Vila-Matas ha renovado los horizontes de la novela, dándole un ímpetu creativo que la ha situado de nuevo como gran crisol de las influencias, las voces e inspiraciones de nuestra cultura”.
Uno de los méritos del autor que los miembros del jurado quieren destacar es “el modo en que ha sabido abordar asuntos conflictivos y angustiosos de nuestro tiempo con una destreza literaria que ha hecho del ingenio, el humor y el espíritu lúdico un reconfortante punto de vista. Un estilo narrativo pero también una certeza filosófica que restaura la soberanía del individuo como eje moral de una existencia destinada a la plenitud, la inteligencia y el desenfado”.
El acta concluye que “la lectura de la originalísima obra de Vila Matas es también la lectura de una tradición felizmente entregada a la innovación que sólo pueden llevar a cabo los grandes creadores”.
Amplia trayectoria
De la obra narrativa de Vila-Matas destacan Historia abreviada de la literatura portátil, Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, Bartleby y compañía, El mal de Montano, Doctor Pasavento, Exploradores del abismo, Dietario voluble, Dublinesca, Chet Baker piensa en su arte y Aire de Dylan.
Entre sus libros de ensayos literarios encontramos Para acabar con los números redondos, Desde la ciudad nerviosa, Aunque no entendamos nada, El viento ligero en Parma, Perder teorías y El viajero más lento. El arte de no terminar nada.
Traducido a 32 idiomas, ha obtenido un amplio reconocimiento internacional y ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de la Crítica, el de la Real Academia Española, el Ciutat de Barcelona, el Herralde de Novela, el Fundación Lara, el Leteo, el Argital, el del Círculo de Críticos de Chile, el Meilleur Livre Étranger, el Fernando Aguirre-Libralire, el Médicis-Roman Étranger, el Jean Carrière, el Ennio Flaiano, el Elsa Morante, el Mondello, el Bottari Lattes Grinzaine y el Gregor von Rezzori.
Pertenece a la Orden de Caballeros del Finnegans, en cuyo escudo reza el lema extraído de la última frase del sexto capítulo de Ulises, de Joyce: «Gracias. ¡Qué grandes estamos esta mañana!».