Nunca publicada en color ni a la vista del público durante todos estos años, Fuego en el batey reaparece ahora junto con otras dos obras sin publicar y desconocidas del artista y su contemporáneo René Portocarrero. Virgilio Garza, director de Arte Latinoamericano de Christie´s, ha afirmado que esta pieza de Carreño “es una rara obra maestra que combina magníficamente el tema que representa y la técnica utilizada”. Además, ha asegurado que “los coleccionistas de arte cubano dan mucha importancia a su reaparición”
Modernismo en Cuba
Mario Carreño (1913-1999), nacido en La Habana, es considerado uno de los principales miembros de la segunda generación de pintores modernistas de Cuba. Fuego en el batey, que parte con un precio de salida de entre 1 y 2 millones de dólares, es una de las tres obras maestras de una breve serie de pinturas en Duco, una línea de secado rápido que permite trabajar a gran velocidad y crear sucesivas capas de color, que pintó en Cuba en 1943.
Fuego en el batey y las otras dos obras realizadas con esta técnica, El corte de la caña de azúcar y Danza Afrocubana, se pueden considerar una tríada, ya que cada una representa un aspecto esencial de la sociedad cubana: la unidad familiar, la vida agraria, y el patrimonio cultural.
Lo cotidiano a universal
Carreño eleva lo cotidiano a un tema de resonancia universal. Las tres obras fueron exhibidas en la exposición individual de este autor en La Habana del Liceo Galería, que abrió el 1 de noviembre de 1943. A diferencia de sus contemporáneos, René Portocarrero, Mariano Rodríguez y Cundo Bermúdez, Carreño aprendió en profundidad las prácticas artísticas en el ámbito académico: en la Academia San Alejandro en La Habana (1925-30); en la Academia de San Fernando en Madrid (1932-35) y en México con el pintor dominicano Jaime Colson (1936).
Además, en la misma subasta también saldrán a la venta otras obras de arte cubano de la colección de Milton y Nona Ward, entre las que se encuentran Sin título, pintado en 1938, que representa a los músicos; Mujer con flores, de 1945, y Mujer con paraguas, de René Portocarrero.