Entre los lotes que alcanzaron precios más altos figura un paisaje de Joaquín Mir titulado Tarragona, que se adjudicó por 334.990 euros a un coleccionista privado europeo. Una vista de Mallorca del pintor estadounidense John Singer Sargent, con la particularidad de apreciar el Mediterráneo desde la finca de los March en Son Galcerán (donde se encontraba toda la colección), se vendió por 148.174 euros.
Precios elevados
Alcanzaron igualmente precios elevados una esfera armilar italiana del siglo XVII, que con 208.222 euros cuadruplicó la estimación más alta, y un reloj vienés de mesa con una tabla astronómica, de finales del siglo XVIII, que se remató por 121.486 euros.
Dos grupos escultóricos italianos de mármol que representan respectivamente a un león atacando a un toro y otro, atacando a un caballo, ambos del siglo XVIII, alcanzaron un precio de 241.582 euros, más del doble también de la estimación más alta.
Situado sobre los acantilados de la costa norte de Mallorca, cerca del enclave literario de Deià, Son Galcerán perteneció en un principio al archiduque Luis Salvador de Austria (1847-1915). El archiduque, explorador, escritor y artista, visitó la isla por primera vez en 1867 y pasó gran parte de su vida allí, jugando un papel fundamental en la preservación de la costa rural y los edificios históricos del norte, preservándolos de los estragos del desarrollo urbanístico y evitando su decadencia.
Conjunto coherente
Transformado y ampliado en sucesivas generaciones de la familia March, fue en Son Galcerán donde Manuel March aplicó su creatividad, configurando una mágica casa de verano. Como en todas las grandes colecciones, aúna numerosos temas recurrentes que, sin embargo, componen un conjunto enormemente coherente; desde las ”chinoiseries” a los objetos decorativos rusos, desde la plata imperial a los muebles neoclásicos, desde instrumentos científicos a botones históricos; lo mismo sucede en la pintura, que procede tanto del viejo como del nuevo continente, con obras de John Singer Sargent, obras españolas del siglo XVII o dibujos de Manet.
El núcleo de la colección que se ofrecerá en Christie’s lo formaron originariamente Bartolomé March Servera (1917-1998) y Juan March Ordinas (1880-1962), el padre y abuelo de Manuel March. La familia March ha sido, sin duda, una de las dinastías bancarias más dinámicas y poderosas del siglo XX en España; la variedad de sus intereses le llevó a formar excepcionales colecciones de pintura, objetos decorativos o libros, al igual que a constituir elegantes palacios en Madrid y en Palma, ambos decorados por Stéphane Boudin, Pierre Delbée y Carlos Ortiz-Cabrera, de Maison Jansen.
Fundada en 1880 por el holandés Jean-Henri Jansen, Maison Jansen fue, posiblemente, la primera casa de diseño de interiores internacional, con oficinas desde París a Buenos Aires; entre su clientela se encontraban personalidades como Coco Chanel, el rey Leopoldo II de Bélgica, los Agnelli, la familia Rockefeller e incluso John F. Kennedy, quien les pidió que decorase los apartamentos privados de la Casa Blanca.
El Palacio March
La familia March, con el Sha de Irán, fue el cliente más importante de Jansen en la segunda mitad del siglo XX. Durante años, la familia encargó a Jansen la decoración del antiguo Palacio de Sotomayor, en Madrid, en el que fundaron una de las bibliotecas más importantes de Europa; también la de su propiedad más importante, el Palacio March, en Palma de Mallorca.
El Palacio March, inspirado en el Renacimiento, de color tierra y con baldosas de estuco y terracotta, es una mansión de tres pisos, construida entre 1939 y 1944 en el lugar donde se encontraba el antiguo convento de Santo Domingo, al lado de La Seu, la catedral de Palma, del siglo XIV. El Palacio albergaba una colección excepcional de objetos decorativos y contaba también con una serie de murales pintados por José María Sert, el célebre artista catalán. La que en su día fue una de las casas tesoro del siglo XX, es hoy un museo y la sede de la colección de la Fundación Bartolomé March de arte contemporáneo, libros y manuscritos.
Muchas de las obras maestras que se ofrecieron en Christie’s formaron parte del mobiliario de la planta noble del Palacio March. A estas piezas, Manuel March añadió otras muchas, elegidas con toda exquisitez.