A la ya conocida polémica surgida con la reciente subasta de Christie’s de dos bronces chinos pertenecientes a la colección del diseñador Yves Saint Laurent y reclamadas por el gobierno chino, que las consideraba como antigüedades saqueadas de un palacio de Beijing en el siglo XIX, ahora se une otra nueva, del mismo carácter reivindicativo.
Las gafas de Gandhi, así como sus sandalias, un reloj de bolsillo y otros objetos que pertenecieron al venerado líder independentista indio fueron sacadas a subasta la pasada semana en Nueva York.
Ante las protestas del gobierno indio, su anterior propietario, el coleccionista estadounidense y activista por la paz James Otis, ofreció detener la venta y donarle los artículos a la India, a cambio de que su gobierno accediera a gastar más en favor de los pobres.
El país asiático rechazó la solicitud considerándola como una violación a su soberanía, por lo que la subasta siguió adelante, siendo vendidos los objeto el jueves por 1,8 millones de dólares, en una compra realizada –de nuevo casualmente– por un empresario indio con el apoyo de su propio gobierno.