La obra de Sorolla es un lienzo de 69 x 100 cm lleno de luz que ha permanecido en la misma colección privada durante más de 50 años. 1910 fue para el pintor un año lleno de viajes: Andalucía, San Sebastián, Madrid y, finalmente, el 17 de septiembre llegó a Valencia, a su playa querida, acompañado de sus discípulos Teodoro Andreu y Tomás Murillo.
En su mejor época
Niña en la playa es una de las pocas obras que realizó el pintor en Valencia en 1910, una época en la que su fama se extendía por Europa y América. En 1909 había pasado cinco meses en Estados Unidos a instancias de su millonario patrocinador Huntingdon Archer y había expuesto por primera vez en la Hispanic Society of America, donde vendió nada más y nada menos que 195 obras, 80 de ellas de "temática playera". El éxito de esta exposición le animó a seguir pintando más obras para posteriores exposiciones en Estados Unidos, y se piensa que Niña en la playa estaba destinada a tal fin.
Además de ese lienzo, otro cuadro de Sorolla, de 1907, titulado Después de puesto el sol, que partía con un precio de entre 229.000 y 342.000 euros, no encontró comprador. Sí lo hizo el Retrato del niño José María Suárez, que se vendió por 181.250 libras (217.536 euros).
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