La pasada semana, un buen número de particulares contactaron con Sotheby’s para denunciar la venta de esta máscara del siglo XVI que supuestamente perteneció a un rey de la antigua Nigeria. Paralelamente, varios funcionarios del Gobierno nigeriano condenaron públicamente la venta, criticando a los actuales propietarios del objeto, los descendientes de un antiguo funcionario británico que participó en la invasión británica de 1897 de Benín (actualmente República de Benín) una ciudad-estado en lo que hoy en día es Nigeria.
Fuertes protestas
Las protestas contra la venta surgieron con mucha fuerza la pasada semana a través de las redes sociales. El Foro por la Libertad de Nigeria, que se describe a sí mismo como «un grupo de nigerianos en el Reino Unido a favor de la democracia», organizó también una importante reclamación on line.
Orobosa Omo-Ojo, un funcionario del Gobierno del Estado de Edo, que incluye la actual ciudad de Benín, declaró a la prensa nigeriana: «Deberían escuchar los buenos consejos y abstenerse de vender la máscara. Si se ignorara este llamamiento por parte del Gobierno del Estado de Edo nos haría utilizar este hecho como punto de partida para proteger nuestras propiedades intelectuales».
Tras esta serie de incidentes, un portavoz de Sotheby’s declaró en un comunicado: «La máscara de marfil de Benín y otros objetos consignados por los descendientes de Lionel Galway, que Sotheby’s había anunciado para la subasta de febrero de 2011, han sido retirados de la venta a petición de los expedidores».
Obra representativa del arte africano
En opinión de Sotheby’s, la máscara, que representa la cabeza de la reina madre de los pueblos Edo, «se encuentra entre las obras más representativas del arte que se ha creado en África». Se trata, además, de una de las últimas grandes obras maestras de escultura procedentes de Benín que todavía permanecen en manos privadas y que se cree que en su día era usada por el «Oba» o rey de Benín en ocasiones ceremoniales muy especiales.
La obra iba a ser vendida –junto con otras cinco raras piezas sacadas de Benín– por los descendientes del teniente coronel Sir Henry Lionel Galway, quien en 1897 participó en la expedición punitiva realizada por las fuerzas británicas en el sur de Nigeria en venganza por una anterior masacre de sus efectivos llevada a cabo por los nativos.
En esta nueva ocasión, los británicos depusieron al rey y saquearon la ciudad, confiscando muchos de los tesoros que encontraron al paso y subastándolos para financiar la expedición. Muchos de los objetos sustraídos fueron a parar al Museo Británico –que todavía en la actualidad posee algún otro ejemplar del mismo grupo de máscaras– pero algunos de ellos permanecieron desde entonces en manos privadas.