Después de una guerra de ofertas entre por lo menos diez compradores, esta espectacular pieza fue vendida a un coleccionista anónimo que pujó por teléfono concediendo un nuevo récord histórico, no sólo para el artista, sino para cualquier obra de arte jamás vendida en una subasta.
Punto culminante
L’Homme qui marche I representa el punto culminante de la experimentación del escultor suizo con la figura humana y pertenece a su etapa de madurez. La escultura estaba destinada a formar parte de un proyecto público encargado a Giacometti para una plaza del distrito financiero de Nueva York. Giacometti creó entonces varias esculturas, de las que sólo unas pocas subsisten: entre ellas, L’Homme qui marche I y II. Al darse cuenta de que tardaría muchos años en llevar a cabo el proyecto, el escultor terminó abandonándolo.
Esta era la primera vez en más de veinte años que salía a la venta una figura de Giacometti de un hombre que camina de gran tamaño. El pasado 9 de noviembre, en Sotheby’s de Nueva York, otra obra de Giacometti, titulada L’Homme qui chavire, se adjudicó por 19,3 millones de dólares (13,2 millones de euros), muy por encima del precio estimado: entre 8 y 12 millones de dólares.
Hasta ahora, la obra pertenecía a la colección corporativa de Dresdner Bank AG, llegando a las manos del Commerzbank AG después de la última adquisición de Dresdner Bank en 2009. Commerzbank tiene la intención de utilizar los beneficios de la venta para reforzar los recursos de su nuevo Centro de Fundaciones, así como para proporcionar fondos a los museos asociados a los trabajos de restauración y programas educativos.
Otro récord
La segunda sorpresa de la subasta celebrada por Sotheby´s fue la obra de Gustav Klimt Kirche in Cassone, una obra cargada de significación histórica que atrajo a cuatro candidatos, fijando su precio final en 27 millones de euros, muy por encima de las estimaciones iniciales.
Esta obra fue perdida en Viena durante el período nazi tras pertenecer a una de las mayores colecciones de obras pertenecientes a los inicios de Klimnt, la de la monarquía austro-húngara del magnate del hierro, Víctor Zuckerkandl y su esposa Paula, y sólo reapareció décadas más tarde.
El cuadro fue puesto a la venta esta noche en virtud de un acuerdo entre Georges Jorisch, ahora de 81 años de edad, sobrino nieto del dueño original, y el coleccionista privado europeo a cuya familia había pertenecido el cuadro durante varios años.