El Museo ya conservaba una parte del cuerpo superior del Retablo de San Miguel y San Pedro, que ahora se vuelve a mostrar completo tras haber permanecido disperso durante algo más de 100 años. En cuanto al Retablo de San Miguel, es una obra de plenitud de Joan Mates, uno de los pintores capitales del gótico internacional en Cataluña.
Las nueve piezas del Retablo de San Miguel y San Pedro han sido compradas por el Ministerio de Cultura, a propuesta del MNAC, por 600.000 euros a una colección privada belga.
Elegancia y esplendor material
De este retablo, el MNAC conservaba las figuras de los dos santos titulares, así como cinco escenas narrativas, y ahora incorpora los nueve compartimentos narrativos que completan el cuerpo superior del retablo. Después de algo más de cien años se vuelve así a reunir este conjunto disperso, que pasará a ser el retablo de mayores dimensiones que expone el MNAC (6,26 x 5,13 m, sin la predela). La única pieza importante que falta, además del marco o guardapolvo, que se ha perdido, es el bancal o predela, que pertenece al Museo Nacional de San Carlos de México. El cuerpo superior del retablo fue pintado hacia 1433 por Cirera y Despuig, mientras que la predela muestra un estilo diferente.
En cuanto al Retablo de San Miguel, ha sido comprado a una colección particular catalana por 650.000 euros. De una gran calidad técnica y estética, este retablo es una de las obras más significativas de Joan Mates, uno de los pintores catalanes más importantes del primer cuarto del siglo XV. El retablo procede de la ermita de Santa María de Penafel (municipio de Santa Margarida i els Monjos, Alt Penedès).
Arte de tono cortesano
Estas adquisiciones enriquecen la importante colección que conserva el MNAC de pintura del gótico internacional, que se empezó a introducir en Cataluña hacia 1380 y se extendió hasta 1450, y que constituye uno de los momentos más brillantes y creativos del arte catalán. Se trata de un arte de tono cortesano, caracterizado por la elegancia, el esplendor material y la fantasía, y llega a Cataluña por varias vías, entre las que hay que destacar las relaciones de los monarcas catalanes del momento con las cortes francesas, principales protagonistas de la renovación artística. Ha sido llamado así porque es posible encontrar algunas de sus características básicas en la producción de los principales centros artísticos europeos.
Para poder instalar estos dos retablos ha sido necesario reordenar las salas de la exposición permanente del Museo. Una vez finalizados los trabajos de reordenación, las dos notables adquisiciones se encuentran ya a la vista del público.