A pesar de la crisis global, el mercado del arte vive una de las décadas más eufóricas de su historia. La aparición de nuevos coleccionistas en países con economías emergentes ha propiciado en los últimos años uaumento de sus precios a niveles sin precedentes.
El magnate norteamericano Paul Getty –creador de la compañía Getty Oil y fundador del Museo Getty de California– aseguró haber ganado más dinero con las obras de arte que con el petróleo. Y no es una excepción. Como él, numerosos empresarios han encontrado en el mercado del arte su negocio más rentable. En los últimos años, la evolución de este sector ha sido espectacular; el informe The International Art Market. A Survey of Europe in a Global Contex, elaborado por la Dra. Clare McAndrew, economista especializada en el mercado de las bellas artes, muestra cómo el valor de las ventas en este mercado global ha aumentado un 95% en tan sólo cinco años, de 22.200 millones de euros en 2002 a 43.300 millones en 2006, la cifra total más elevada jamás registrada. Las nuevas potencias económicas también participan de esta tendencia mundial incrementando sus ventas a un ritmo vertiginoso. China, por ejemplo, se ha convertido en muy poco tiempo en el cuarto mercado global, con una cuota del 5% en términos de valor, sólo por detrás de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
Además, ocho de los diez cuadros más caros de la historia se han vendido precisamente en el período 2002-2006, haciendo de cada nuevo récord un mito y un espectáculo mediático merecedor de grandes titulares en la prensa internacional. Un recorrido por este prestigioso “top ten” muestra los secretos de las obras maestras más caras de todos los tiempos.
Number 5 de Pollock. El número uno
El ranking de las obras más caras está encabezado por uno de los artistas norteamericanos más valorados y con más proyección, Jackson Pollock. Un lienzo abstracto titulado Number 5 (1948), de 2,66 m. de alto y 1,03 m. de ancho, realizado en 1948, fue vendido mediante una transacción privada por el coleccionista y productor musical y cinematográfico David Geffen al multimillonario mexicano David Martínez por 140 millones de dólares (109 millones de euros) en 2007.
La figura de Pollock cuenta con una serie de características únicas que le convierten en un “superventas”. Tuvo una vida breve –tan sólo 44 años–, es decir, realizó un número de pinturas limitado. Está rodeado de una gran leyenda –neurótico, loco, atormentado, borracho, solitario…– pero, aún así, fue un referente en su tiempo liderando la corriente del Expresionismo abstracto e influyó en el devenir de la historia del arte inventando una nueva técnica conocida, desde entonces, como dripping (que consiste en dejar gotear o chorrear la pintura desde un recipiente con el fondo agujereado o desde un palo, espátula, pincel…). Utilizó, por primera vez este recurso en 1947 para sustituir a la pincelada, casualmente un año antes de realizar Number 5, la obra más cara de la historia… por ahora.
De Kooning y Woman III
El mismo vendedor, David Geffen; el mismo movimiento, Expresionismo –abstracto el primero, figurativo el segundo– y el mismo país, Estados Unidos. Está claro que la hegemonía norteamericana en la compraventa de arte no es un hecho aislado. Son los dueños del 46% del mercado global, es decir, están presentes en la mitad de las operaciones que se realizan anualmente en el sector.
Woman III (1952-53), un óleo sobre lienzo donde Willem de Kooning retrata de cuerpo entero a una corpulenta mujer en tonos azules y ocres, fue vendido al magnate Steve Cohen por 137,5 millones de dólares (107,2 millones de euros) en noviembre de 2006, también a través de una transacción personal. Se trata del único lienzo de la serie “Womans” del pintor neerlandés nacionalizado estadounidense que se encuentra en manos privadas –Woman I y Woman II son propiedad del Museo de Arte Moderno de Nueva York–. Woman III tiene el privilegio de ser, actualmente, la segunda obra más cara de todos los tiempos.
El hombre que camina: 75, 5 millones de euros
L’Homme qui marche I, de Alberto Giacometti, que ahora ocupa el privilegiado tercer puesto en el ‘ranking’ y el primero en obras vendidas en una subasta, representa el punto culminante de la experimentación del escultor suizo con la figura humana y pertenece a su etapa de madurez. La escultura estaba destinada a formar parte de un proyecto público encargado a Giacometti para una plaza del distrito financiero de Nueva York. Giacometti creó entonces varias esculturas, de las que sólo unas pocas subsisten: entre ellas, L’Homme qui marche I y II. Al darse cuenta de que tardaría muchos años en llevar a cabo el proyecto, el escultor terminó abandonándolo.
Esta era la primera vez en más de veinte años que salía a la venta una figura de Giacometti de un hombre que camina de gran tamaño. El pasado 9 de noviembre, en Sotheby’s de Nueva York, otra obra de Giacometti, titulada L’Homme qui chavire, se adjudicó por 19,3 millones de dólares (13,2 millones de euros), muy por encima del precio estimado: entre 8 y 12 millones de dólares.
Hasta ahora, la obra pertenecía a la colección corporativa de Dresdner Bank AG, llegando a las manos del Commerzbank AG después de la última adquisición de Dresdner Bank en 2009. Commerzbank tiene la intención de utilizar los beneficios de la venta para reforzar los recursos de su nuevo Centro de Fundaciones, así como para proporcionar fondos a los museos asociados a los trabajos de restauración y programas educativos.
Klimt y Picasso, los más grandes
Sin duda, los verdaderos protagonistas del mercado. Gustav Klimt y Pablo Picasso son, hoy por hoy, los únicos pintores que poseen dos obras en esta prestigiosa lista. Curiosamente, las cuatro están realizadas en óleo sobre lienzo y pertenecen al género del retrato. 135 millones de dólares fue la cantidad que desembolsó, en junio de 2006, el empresario de cosméticos Ronald S. Lauder por el retrato de Adele Bloch-Bauer (1907) de Klimt, la obra maestra del siglo XX austríaco, situándose, así, en una notoria cuarta posición.
Este lienzo fue incautado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial por ser considerado “arte degenerado” y devuelto a la sobrina de la retratada tras siete años de batalla judicial con el Gobierno austríaco. El éxito de esta pintura hizo que Adele decidiera volver a posar para Klimt cinco años después. El resultado fue Adele Bloch-Bauer II (1912), subastado en la sede de Christie ´s en Nueva York por 87,9 millones de dólares y situado, desde noviembre de 2006, en el séptimo lugar entre los más caros.
Para ver a Picasso hay que esperar hasta los puestos quinto y sexto, donde se encuentran, respectivamente, Niño con Pipa (1905) y Dora Maar con gato (1941). El primero, perteneciente a la época rosa del pintor malagueño, muestra a un melancólico joven parisino que alcanzó, en mayo de 2004, la cifra de 104,2 millones de dólares en una subasta de Sotheby´s en Nueva York. El segundo, un retrato de quien fuera su compañera sentimental durante siete años, la fotógrafa y pintora Dora Maar, fue subastado en la misma casa por 95,2 millones de dólares.
Bacon, recién llegado
Es la incorporación más reciente a la lista. Hace justo un año, en mayo de 2008, el ruso Roman Abramovich –magnate petrolero y dueño del equipo de fútbol inglés Chelsea– llevó a cabo una operación multimillonaria comprando, en menos de una semana, dos pinturas de auténtica relevancia: Benefits Supervisor Sleeping de Lucian Freud (pintor de 86 años y nieto del creador del psicoanálisis) y Triptych de Francis Bacon. Esta última, realizada en 1976, consiguió entrar en el octavo puesto de la lista de los más caros gracias a los 86 millones de dólares que alcanzó en una subasta de Sotheby´s en Nueva York, cifra mucho más significativa si se tiene en cuenta el momento de recesión que vive la economía internacional aunque, actualmente, el cambio de la libra esterlina al dólar permite una rebaja sustancial del precio final de la venta para empresarios, como Abramovich, que tienen su sede en Inglaterra. Este tríptico fue la última obra que realizó el autor británico de origen irlandés antes de la gran exposición celebrada en el Metropolitan de Nueva York en 1974, convirtiéndose, de esta forma, en un icono de Bacon en la década de los setenta y una de las obras más importantes de toda su producción.
Van Gogh, desbancado
En una discreta novena posición aparece el Retrato del Dr. Gachet (1890). Es la primera versión de los dos retratos que Vincent Van Gogh realizó a un médico parisino amante del arte y amigo íntimo. En 1990 un millonario japonés pagó 82,5 millones de dólares (alrededor de 12.000 millones de las antiguas pesetas) por este lienzo en una subasta realizada por Cristhie´s en Nueva York. Retrato del artista sin barba (1889), también del pintor holandés, ocupaba, hasta hace poco, un puesto once que, además de cerrar la lista, permitía a Van Gogh situarse, con dos obras, al lado de los prestigiosos Klimt y Picasso. Sin embargo, fue desbancada en otoño de 2006 por un óleo abstracto del estadounidense Jasper Johns titulado False Start (1959), vendido por 80 millones de dólares, como no, por David Geffen –el mismo de Number 5 y Woman III–. False Start se convirtió, de esta forma, en la décima obra más cara de todos los tiempos; además, sitúa a otro autor estadounidense en el punto de mira del mercado y entre los diez pintores más rentables del mundo.
Renoir, En el Molino de la Galette
Una de las grandes víctimas por la reciente incorporación de Giacometti a la lista de las obras más caras es esta obra impresionista que del décimo puesto pasa al undécimo y sale del prestigioso ‘top ten’, Au Moulin de la Galette (1876) de Auguste Renoir. La obra representa a la célebre escuela francesa de la segunda mitad del siglo XIX, donde artistas, escritores, prostitutas y obreros acudían todos los domingos y festivos al famoso baile del Molino de la Galette del barrio de Montmartre de París donde una orquesta amenizaba la fiesta. Renoir estuvo allí y pintó del natural este lienzo para representar la vida moderna –verdadera obsesión del Impresionismo– y, de esta forma, inmortalizar, mediante el juego de luces y sombras, a la bohemia francesa de fin de siglo. En 1990 salió a subasta en la casa Sotheby´s de Nueva York y alcanzó los 78,1 millones de dólares (en torno a los 11.300 millones de pesetas de la época).
Otros por encima de los 70 millones Rothko, Rubens,Warhol, Tiziano, Eakins, Cezanne… son algunos de los artistas que no cuentan con obras dentro de las diez más caras pero que han logrado superar la cuantiosa cifra de los 70 millones de dólares. El caso más reciente es el de Mark Rothko y su obra maestra White center (yellow, pink and Lavender on Rose…), realizada en 1950 y subastada en Sotheby´s Nueva York por 72,8 millones de dólares en 2007. Dos días después de esta adquisición, Green Car Crash (Green Burning Car) de Andy Warhol se vendió por 71,7 millones en una subasta récord de 384 millones de dólares en Christie´s Nueva York. La matanza de los inocentes (1611-12) de Rubens, Retrato del artista sin barba (1889) de Van Gogh o Retrato de Alfonso d’Avalos (1533) de Tiziano son las dos últimas obras que han logrado superar los 70 millones. |