Discípulo de Giovanni Paolo Panini en Roma, Joli trabajó en los teatros de Venecia, de Londres y de Madrid, pintando también numerosas vistas para coleccionistas particulares. En 1754 volvió a Venecia e inició en 1756, con Lord John Brudenell, su nuevo mecenas, un viaje al sur de Italia, incluso a regiones poco visitadas hasta entonces, como a Sicilia, a Ischia y a los templos de Paestum redescubiertos en 1747.
Joli y los borbones
En la primavera de 1759 se estableció en Nápoles, aunque sus primeras gestiones para incorporarse a la corte se frustraron por la partida de los reyes Carlos de Borbón y María Amalia de Sajonia a Madrid el 6 de octubre de 1759, para suceder a Fernando VI en la Corona Española, hermanastro de Carlos, fallecido el 10 de agosto de ese mismo año sin descendencia. No obstante, en 1762, Joli fue nombrado pintor del Teatro Real de San Carlos, cargo que ocupó hasta su muerte.
En Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento –bellísimo paisaje ubicado en la antigua ciudad romana de Benevento, situada en la región italiana de Campania– se perciben los avances alcanzados por Joli en el paisajismo arquitectónico durante el viaje con Lord Brudenell, al reflejar la novedosa actitud intelectual con que los viajeros de su época se acercaron a los monumentos de la Antigüedad. A través de la presencia de la reina y de un artista dibujando unos relieves antiguos, se pronuncia también sobre la importancia del mecenazgo para la conservación y divulgación del arte clásico y se elogia en general la protección regia a las artes.
Capricho arquitectónico
En este austero paisaje, envuelto en la luz de la mañana ya avanzada y escasamente habitado por figuras de pequeño tamaño descritas con detalle, destaca el portentoso arco triunfal dedicado a Trajano y adornado con grandes relieves narrativos que glorifican las hazañas del emperador. Uno de los arcos triunfales mejor conservados, fue levantado en 114 d. C. y encabezó la Vía Trajana construido bajo este emperador para conectar Roma con Brindisi, que se convirtió en puerta del Imperio Romano hacia Grecia y el Oriente. Aquí aparece circundado por los restos del célebre teatro romano de la ciudad, mientras una columnata que se alza a la derecha puede referirse a uno de los desaparecidos templos romanos de Benevento consagrados a Isis y a Hércules y documentados a través de distintos elementos escultóricos. También se aprecian dos relieves, que se han conservado hasta la actualidad. Uno de ellos representa una escena de Aquiles y Pentesilea, aunque en el siglo XVIII se consideraba como El rapto de las sabinas, episodio mitológico de la historia de la fundación de Roma. El otro relieve muestra un jabalí fajado, parte del escudo de Benevento y relacionado con Diomedes, el mítico fundador de esta ciudad, que había participado en la célebre Cacería de Calidón y traído a Benevento los dientes de la bestia como reliquias.
Como modelos de los monumentos y relieves representados, excepto la columnata de su invención, Joli se ha servido de las estampas publicadas en 1754 en el Thesaurus Antiquitatum Beneventanarum de Giovanni de Vita. Sin embargo, incluyó a un artista dibujando los relieves e instruido por un versado personaje, escena que refleja el moderno estudio arqueológico de la Antigüedad, protegido aquí por María Amalia de Sajonia, posible destinataria del cuadro. La soberana, acompañada por un pequeño cortejo y por el marqués de Tanucci que aparece a su lado, primer ministro y gran conocedor de la Antigüedad, escucha a un entendido que le explica precisamente la columnata inventada por Joli. A través de este detalle, se relaciona sutilmente al artista con la reina, al aludir tal vez a Hércules como antecedente mítico de los reyes, o a la reina y diosa egipcia Isis, considerada modelo simbólico de las reinas desde los tiempos de los faraones. Tal vez, la columnata de orden dórico recuerda también el debate sobre la relación entre los estilos arquitectónicos griego y romano, que fue impulsado por el redescubrimiento de los templos dóricos de Paestum, pintados por Joli en el mismo año de 1759.
Elogiados por su sencillez
Fueron elogiados por su sencillez por los arquitectos neoclásicos y los modernos arqueólogos e historiadores, como Winckelmann, que pocos años después definió la arquitectura griega, dórica, como el origen de los estilos arquitectónicos posteriores. La presencia de la reina en el cuadro motivó posiblemente también que la fachada visible del Arco de Trajano corresponda a la fachada urbana del mismo, aunque en realidad, el monumento está visto desde el campo, perspectiva que garantiza en cualquier caso su visión exenta y un panorama de gran amplitud. La temática de los relieves de la fachada urbana alude a la paz y a la prosperidad, mientras que por la fachada del campo se distribuyen las escenas marciales – fachada representada en el aguafuerte Veduta dell´Arco di Benevento nel Regno di Napoli, de Giovanni Battista Piranesi de 1773/1778, que se expone junto con el cuadro de Joli, en una estampa de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid.
Joli, en la obra aquí presentada, hizo resaltar la realidad objetiva cada vez más buscada en este tipo de paisajes en la segunda mitad de ese siglo, lo que no le impidió el empleo de los sugestivos recursos del paisajismo, como los bellos efectos de la luz del sol, ni aprovechar las libertades compositivas que ofrece el capricho arquitectónico. A través de estos recursos, Joli ennobleció la ciencia de la arqueología y pudo involucrar su elogio de la protección regia a las artes y su conservación.