Si en la pasada edición la vanguardia se rodeaba de vídeos, esculturas y danza, en esta segunda, Montalvo, armado de pinceles y óleo, ha sorprendido a todos con su maestría. Su obra lleva por título Diorama y fue presentada por la galería madrileña Espacio Mínimo.
En este óleo sobre lienzo de 160 x 220 cm se añora un estado anterior, real o imaginario. El recorrido vital de la obra pretende significar la experiencia de esta melancolía y la capacidad vital de sobreponerse a ella.
El jurado ha querido destacar con este reconocimiento “la ambigüedad con que trata los géneros (un paisaje convertido en un bodegón) y el manejo perverso de la gran tradición pictórica occidental, que dan lugar a escenas de aparente complacencia, pero siempre inquietantes, que obligan al espectador a repensar lo que cree conocer”.
La insistencia de la mirada de Montalvo sobre la naturaleza y la cara visible que ésta nos ofrece es el comienzo de un cuestionamiento continuo: el mundo es inmanejable y eso es justo lo que lo vuelve interesante, al mismo tiempo que aumenta nuestra capacidad de resiliencia.
El jurado ha destacado la gran calidad de todos los trabajos presentados, 20 obras de 16 galerías. Una mención de honor ha ido para Diego Delas, por su obra A summer game inside a light stage, presentada por la galería F2.
Con la colaboración de ARCOmadrid 2017, Solán de Cabras continúa apoyando la creación artística. En esta ocasión, los participantes han tenido total libertad a la hora de registrar sus obras en el certamen. Simplemente debían tener entre 18 y 35 años, tener residencia legal en nuestro país y estar representados por una galería con presencia en esta edición de la feria.
En la primera edición de este premio la artista premiada fue Leonor Serrano Rivas con la creación Movimiento armónico.