La obra establece una interactividad empática con el espectador. De una forma muy sutil parece aludir a la tradición del retrato barroco y a la cuestión del trampantojo. La mosca multiplicada se paraliza y retrata al espectador cuando éste, de forma casual, posa. Se trata de una obra de gran plasticidad y dinamismo que traza un vínculo entre lo orgánico y la construcción de la identidad.
Los artistas premiados tienen una trayectoria muy dilatada. Sus trabajos se encuentran en importantes colecciones internacionales y han participado en los certámenes de new media de referencia, destacando la presencia de sus obras en el ZKM de Karlsruhe.