El jurado, formado por Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Oliva Arauna, coleccionista y ex galerista; Rubén Fernández-Costa, periodista; Winka Angelrath, de Audemars Piguet; Eloy Martínez de la Pera, gestor cultural; Carmen Sáenz, Audemars Piguet Madrid, y Carlos Urroz, director de ARCOmadrid, ha querido también destacar la gran calidad de los 44 proyectos presentados por galerías y artistas de todo el mundo.
El artista africano es el primer extranjero en recibir este premio, dotado con 15.000 euros para la producción de la obra, un díptico formado por un trabajo blanco y su gemelo oscuro que permite ver diferentes tipos de emociones: melancolía, pasión, amor, nostalgia.
El jurado ha valorado la profundidad de su mensaje, que propone una reflexión sobre la oposición entre la luz cegadora y la oscuridad total, que aunque aparentemente opuestas pueden en realidad estar animadas por fuerzas iguales.
Además ha destacado también la voluntad del artista de presentar un trabajo que «no es una meditación melancólica sobre el amor y la pérdida, sino un poderoso reconocimiento de la posibilidad de mantenerse vivo, en medio de fuerzas crueles y brutales».