Esta pintura, que ha estado en manos de una colección privada durante más de medio siglo y que raramente ha podido ser expuesta al público durante este tiempo, fue realizada por el artista holandés mientras estaba sentado entre aquellos descuidados árboles y plantas del manicomio de Saint-Paul-de-Mausole, hospital mental donde Van Gogh ingresó voluntariamente y donde pudo conseguir cierta paz mental pintando los jardines desiertos que le rodeaban.
Querida por el holandés
Es posible que Van Gogh colgara Jardín del Hospital Saint Paul en la pared de la celda que utilizó como estudio durante su estancia en el Hospital Saint-Rémy-de-Provence. Pasó un año allí y se marchó dos meses antes de dispararse a sí mismo en julio de 1890.
Pintó una acuarela de su celda en la que parece mostrar a la derecha de la ventana el óleo que será expuesto en TEFAF. Si esto fue así, está claro que Van Gogh estaba muy satisfecho con su obra, a la que dotó de un profundo dramatismo a través de dos troncos de pino que se retuercen sobre la superficie. Esto contrasta con la vigorosa pincelada utilizada en los cipreses y otros árboles que aparecen en el fondo.