1. Fantasie sur un thème original, de Demersseman
Esta obra del francés Jules Demersseman (1833-1866) es una de las primeras escritas para saxo de la historia. Se trata de un tema con variaciones y posee un enorme lirismo y belleza, a la vez que muestra las posibilidades del instrumento. Fue compuesta sólo 15 años después de la invención del saxo (en torno a 1850-1855) después de que el propio Sax pidiera a varios compositores que escribieran una serie de piezas para explorar las posibilidades del recién inventado instrumento. De paso, también con la intención de que los jóvenes estudiantes contaran con material para poder avanzar.
2. Pequeñas Czardas, de Pedro Iturralde
Pedro Iturralde (Navarra, 1929) es uno de los saxofonistas españoles de jazz más reputados. Gran compositor, es también catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Cuando tenía 20 años compuso esta Pequeña Czarda para saxofón y piano acompañante. Es una de sus obras más conocidas. Más adelante publicó versiones de la misma para cuarteto de saxos y de clarinetes, quinteto de viento, orquesta de cuerda y orquesta sinfónica.
En este vídeo, Johan van der Linden es el saxofonsista solista.
3. Premier Quatuor, Op. 53, de J.B. Singelée
Jean-Baptiste Singelée (Bruselas, 1812-Ostende, 1875) además de ser compositor fue violinista e íntimo amigo de Adolphe Sax. Todas esas circunstancias le hacen la persona indicada (ya que Sax buscaba precisamente un instrumento de viento que pudiera acercarse al sonido de las cuerdas) para desarrollar los cuatro miembros principales de la familia del saxofón. Este Premier Quatuor, Op. 53, del año 1857, es la primera obra compuesta para un cuarteto de saxofones.
4. Summertime, por Charlie Parker
La conocidísima Summertime, la nana de George Gershwin, no es una obra para saxo, sino una de las «arias» principales de la ópera Porgy y Bess, que ante el éxito del momento fue rápidamente adaptada por grandes músicos de jazz.
Encontrar esta versión de Charlie Parker al saxo es una alegría para los melómanos, ya que pone de manifiesto la belleza y el virtuosismo del instrumento de una manera sublime. Resalta además una de sus mejores cualidades: casi cualquier obra versionada para saxo suena bien.
Charlie Parker (Kansas, 1920 – Nueva York, 1955), ‘Bird’ para muchos, es uno de los mejores intérpretes de saxofón alto de la historia del jazz. También compositor, se le reconoce como una de las figuras claves en la evolución del instrumento.
5. For Adolphe Sax, por Peter Brötzmann
Peter Brötzmann (Alemania, 1941) dedicó a la figura de Adolphe Sax su primer álbum de free jazz, publicado bajo su propio sello Bro en 1967, y que fue reeditado en LP más adelante y en CD por el sello Atavistic en 2002. Está interpretado por el propio Brötzmann, junto a Peter Kowald, Sven-Åke Johansson y Fred Van Hove al piano para Everything.
Hablar de jazz y de free jazz americano o de Albert Ayler implica hablar también de la corriente de jazz europea que surge en respuesta continental a éste, del que Brötzmann es su principal representante. La influencia del movimiento Fluxus unida a una búsqueda que materializaría flirteando con el heavy metal y el noise, entre otros géneros, se aprecia además en todo el trabajo de Brötzmann. Experimento y libertad.
6. A Love Supreme, de John Coltrane
En forma de bis, nada mejor que John Coltrane (Richmond, 1926-Nueva York, 1967). La esencia del jazz estaría huérfana en cualquier compendio sin él.
El tema elegido pertenece a A Love Supreme, uno de sus álbumes más famosos y uno de los más exitosos de toda la historia del jazz. Se trata de una suite espiritual dividida en cuatro partes: Acknowledgement (con el mantra que da nombre a la suite), Resolution, Pursuance y Psalm. Está lleno de alma, sentimiento e hipnotismo.