Más allá de su virtuosismo, siempre ha destacado su labor con los más pequeños. Ya como concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid (titular del Teatro Real), cuando tocaba para familias en la sala Gayarre, dejaba a todos boquiabiertos. Recientemente, en la presentación de la nueva temporada pedagógica del Teatro [1], Rita Consentino, la coordinadora de las actividades pedagógicas, recordaba que un buen día una madre se presentó con su hijo en recepción y pidió hablar con alguien del departamento. Acudieron para agradecer lo mucho que había influido Ara Malikian en el pequeño, ya que gracias a verle en directo en el Real había comenzado a estudiar violín y llevaba ya varios años.
Un nuevo ejemplo ha conquistado a Malikian y hoy, emocionado, ha querido compartir en su perfil de Facebook una carta que le ha enviado el padre de un niño de ocho años. «La verdadera recomenpensa de mi trabajo es recibir un correo como el de Juan Ameztoy (padre de Jon). Un abrazo enorme a los dos. ¡Nos vemos en Ermua! Gracias», escribía el violinsta libanés de origen armenio.
Esta es la carta enviada por Juan Ameztoy, el padre de Jon:
«Estimado Sr. Malikian,
Soy el padre de Jon, un niño de ocho años. Vivimos en en caserío de un pequeño pueblo de Gipuzkoa. Nosotros, nuestra familia, no tiene tradición musical y menos en lo que al violín se refiere (lo más parecido a un violín que hemos tenido en casa ha sido la pata de un jamón). Quisiera darle las gracias porque gracias a usted (en especial al espectáculo Pagagnini, que en casa está puesto las 24 horas del día desde hace más de un año sonando en el DVD), ha despertado la faceta musical de Jon y no quiere otra cosa que no sea tocar el violín. Es por ello que este año ha comenzado a dar clases de solfeo y clases de violín en la musika eskola de su pueblo. Se le dio la opción de probar otros instrumentos pero Jon sólo quería tocar el violín. Lo tenía clarísimo.
A diferencia de otros niños que tienen como referencia a grandes ídolos depotivos como Ronaldo o Messi, Jon le tiene a usted como su gran ídolo. Tiene fotos suyas en su agenda escolar y ha hecho un montón de dibujos del espectáculo Pagagnini. El regalo de su primer violín (hemos comprado un 3/4 de 2ª mano) le ha hecho más ilusión que regalarle una PSP, una Play Station, etc… y está como loco.
Tiene facilidad con la música e ilusión y espero que le dure mucho tiempo. Lo de aprender violín ha salido de él.
El próximo día 19 de octubre vamos a ir a verle a Ermua (Mis primeras Cuatro Estaciones) [2]y Jon está muy ilusionado (estaremos en la tercera fila en el lateral izquierdo del escenario). Es por ello que, siendo consciente que tiene otra actuación y supongo que no dispone de mucho tiempo, le estaría muy agradecido si fuera posible que Jon le pudiera saludar en persona. Es su ídolo, sería una sopresa para él y le haría una ilusión bárbara porque no se lo esperaría.
Agradeciéndole nuevamente por su forma de entender la música clásica y por la labor que hace que en el caso de Jon ha tenido unos efectos directos, le saludo muy atentamente.
Juan Ameztoy. (Padre de Jon)»