La obra vanguardista de Delás ha contado, para su incorporación a la BNE, con el apoyo del director de orquesta Arturo Tamayo. Esta está formada por borradores y primeros manuscritos de alrededor de 25 de sus creaciones, varias de ellas inéditas.
Las obras abarcan un período cronológico desde 1963 hasta la actualidad, y entre ella hay algunas partituras impresas, numerosos programas de concierto, cartas, recortes de prensa, carteles, textos de conferencias de él y sobre él, críticas y apuntes de cursos impartidos por el compositor, así como grabaciones de obras y entrevistas.
La variedad documental es el reflejo de su actividad que no sólo atiende a su principal actividad, la creación, sino también a otras como profesor de composición y de improvisación. Todo el fondo se encuentra organizado y en perfecto estado de conservación, lo que hace posible una inmediata utilización por parte de los investigadores.
Comprometido y atípico
[1]José Luis de Delás se trasladó en 1949 a Múnich para estudiar dirección y composición con el profesor Hermann Wolfgang von Waltershausen y en 1960 se instaló definitivamente en Colonia.
En Alemania trabajó como profesor en el Conservatorio de Colonia y en la Universidad de Bonn. Nunca se desconectó de España. En Barcelona dirigió algunos de los primeros conciertos que se hicieron en nuestro país de música serial y fue contratado en 1956 como director invitado por la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
A partir de 1993 impartió regularmente clases de composición y análisis en el Aula de Música de la Universidad de Alcalá de Henares.
Delás ha sido siempre un músico comprometido políticamente. Participó en Colonia en reuniones de trabajadores españoles antifranquistas y en su obra Frons (compuesta en 1972) escribió un texto en homenaje a trabajadores asesinados por la policía franquista. Con el Premio Nacional de Composición, que le concedió el Ministerio de Cultura de España en 1995, le llegó por fin el reconocimiento oficial en su país de origen.
Entre sus obras más notables destacan Imago (1965), Eilanden (1967), Les profundeurs de la Nuit (1995-1996) y Umbra vitae (1998). Pero, además, el compositor siempre se ha interesado por la literatura y la filosofía, integrándolas en sus trabajos.
Los críticos que han analizado la música de Delás coinciden en que es un artista atípico, autor de una obra vanguardista, concebida con riguroso planteamiento intelectual, pero al mismo tiempo con un alto grado de sensualidad.