Al conocer la noticia, Petrenko ha reconocido que no tiene palabras para expresar sus sentimientos, que han ido desde la euforia y la gran alegría hasta el asombro y la incredulidad. «Soy consciente de la responsabilidad y las altas expectativas que hay sobre mí, y haré todo lo que esté en mi mano para ser un conductor digno de esta orquesta excepcional. Por encima de todo, sin embargo, espero muchos momentos de felicidad artística en nuestra manera de hacer música juntos, que premiará nuestro trabajo duro y llenará de significado nuestras vidas como artistas».
Buenas vibraciones
«Estamos muy contentos de que Kirill Petrenko haya aceptado la elección de ser el director titular de nuestra orquesta y esperamos con una gran confianza un futuro musical juntos», han afirmado Ulrich Knörzer y Peter Riegelbauer, miembros de la Junta de Orquesta. Por su parte, Martin Hoffmann, gerente general de la Fundación Berliner Philharmoniker, ha confesado estar encantado con la elección y ha ofrecido a la orquesta y a Petrenko sus más sinceras felicitaciones.
Sir Simon Rattle ha hablado también: «He admirado a Kirill Petrenko durante años, y estoy encantado de que sea mi sucesor en esta maravillosa orquesta. Felicito a la Filarmónica por tomar tal decisión con proyección de futuro».
Muy esperada
La Filarmónica de Berlín es la única gran orquesta en el mundo que elige ella misma a su director. La votación celebrada el mes pasado entre sus 124 músicos se cerró sin un resultado concreto, para decepción de los numerosos medios que siguieron expectantes esa peculiar y democrática forma de elegir al sucesor de Rattle, quien había anunciado que no prolongará su contrato por su avanzada edad.
Petrenko es figura conocida en la capital alemana, ya que entre 2002 y 2007 fue director general de su Ópera Cómica, la tercera de Berlín, tras la Staatsoper que dirige Daniel Barenboim y la Deutsche Oper.
Kirill Petrenko nació en Omsk, en el suroeste de Siberia, en 1972. Fue director general musical de la pequeña ciudad de Meiningen (este alemán) entre 1999 y 2002, donde cautivó a la crítica internacional por su interpretación de las cuatro óperas que componen El anillo del nibelungo de Wagner.