Una semana de música clásica y no tan clásica con ocho músicos profesionales que actuarán durante cuatro noches con una programación muy variada.
A lo largo de casi 30 años, Katarina Gurska y su escuela han sido un referente en la enseñanza musical a todos los niveles y especialidades. Su Fundación promueve, además, la formación de jóvenes talentos con programas de ayuda, becas y premios a estudiantes y profesionales y colabora con numerosas entidades de interés social.
«Hablamos con la ONG One world, one smile y decidimos apoyar una necesidad económica y aportar nuestro arte en su labor. Sin embargo, más allá de esta ayuda, también está nuestra misión de divulgar la música e internacionalizar la actividad de nuestros intérpretes, tanto alumnos como profesores, llevándolos más allá de las paredes de nuestra escuela. Buscamos, por tanto, darles la posibilidad de que se proyecten a la vez que se sensibiliza y se responde a una necesidad social», explica Katarina Gurska.
Para ella, la sonrisa de un niño es lo que estimula y da fuerza a la hora de realizar este tipo de actividades. «Hemos organizado estos recitales de una forma muy simpática y cultural. De hecho es el primer concierto de música clásica que se celebra en esta zona de Tanzania y, por tanto, no sabemos con qué público nos vamos a encontrar. El programa es muy ameno, con cuatro noches temáticas para llegar a los diferentes corazones: la noche española, la noche alemana, la eslava y, por último, la francesa».
Solos, dúos, cuartetos y quintetos para lograr captar el interés y que las veladas musicales de este encuentro solidario y cultural resulten apasionantes y únicas.