El instinto le dijo que ahí había un hit y vaya si lo hubo: fue su primer número uno en Estados Unidos si bien ya tenía a tan temprana edad, apenas veinte años, una buena colección de éxitos grabados con su anterior banda, The Belmonts, entre ellos I wonder why, A teenager in love, Lovers who wonders… De aquella fiesta salió con el ritmo y la estructura musical; faltaba la letra y ponerle un título. Decidió entonces que los versos contarían la historia de una chica del barrio que había salido con casi todos los chicos de la pandilla y a casi todos había roto el corazón. Dion le puso otro nombre y se fue al estudio a grabar Runaround Sue.
Inauguró un sonido distinto en el que sin abandonar del todo el Doo Wop metía un pie en el rock and roll. Más adelante firmaría canciones mejores y unos cuantos álbumes a redescubrir, pero la historia de Sue ha quedado como un clásico absoluto de los sesenta y como un misterio –la identidad real de la tal Sue- sobre el cual siguen preguntando de vez en cuando a su autor. Es además una de las gemas analizadas en Anatomía de la canción (editorial Malpaso, 2018) de Marc Myers, libro que recuerda algunas curiosidades de Dion, como el hecho de ser el único rockero americano, junto con Bob Dylan, que aparece en la portada del Sgt. Pepper de los Beatles o la decisión de ceder su asiento a otro músico en el avión en el que perdieron la vida Buddy Holly y Ritchie Valens.