Ya se anunciaba al comienzo del festival como una de las atracciones novedosas, y no fue para menos. Los tres músicos acaban de grabar un disco en conjunto titulado For a dream y venían a presentarlo, pero hicieron mucho más que eso. Tenían preparada una selección de temas impecable, en la que se juntaban clásicos del jazz de siempre con temas de su nuevo trabajo, además de algunas piezas de cada autor en solitario.
Gran ambiente
Salieron por separado al escenario, presentándose cada uno a su manera. Grigoryan y Towner tocaron guitarras clásicas, y Muthspiel puso la nota diferente con dos guitarras eléctricas, una de las cuales, extraña, sin cuerpo ni clavijero, utilizaba para grabar distintas líneas melódicas al mismo tiempo e improvisar variaciones encima, pareciendo en algunos momentos estar contemplando a otro trío aún en los momentos en que estaba solo en el escenario.
En solitario tocaron piezas propias, prestadas, y del nuevo disco, Muthspiel se desmarcó además con una versión de Round around midnight de Thelonius Monk, uno de los mejores momentos de la noche. Una vez estuvieron los tres juntos, el concierto fue ganando intensidad, sucediéndose los homenajes a clásicos de siempre, entre los cuales destacaron los nombres de Miles Davis o Bill Evans, complicando cada vez más los temas, sin perder por ello soltura en la ejecución.
Consiguieron un ambiente íntimo y agradable, y fueron interpretando fragmentos cada vez más rápidos, a excepción de uno compuesto por el australiano, largo y sentido, en el que Towner protagonizó un solo magistral. Finalmente, tras una hora y media de espectáculo, se despidieron con un bis de su propio disco. Quizá no fue uno de los conciertos más esperados del programa, pero sí uno de los más sorprendentes.