Espero acompañarles pero no se preocupen si me retraso, seguro que no me resultará fácil escribir para el público de hoyesarte.com. En cualquier caso, confío en que los que valoran la música como algo más que lo que acompaña a los anuncios de la tele, encuentren en este blog un sitio en el que pasar un buen rato. Se admiten sugerencias, críticas, ideas, comentarios e incluso colaboraciones.
¿Qué les parece si comenzamos con una breve reflexión sobre el debate del futuro de la industria musical? Vaya por delante que me encanta que sea la primera vez que el futuro de una industria sea objeto de debate social y político. El resto de industrias, cuando vienen mal dadas, se lo guisan, se lo comen y si son capaces de inventar algo nuevo salen adelante. Primera conclusión: la música es muy importante. Y eso es bueno.
Y a partir de ahí, vamos por partes:
– Les confieso que no tengo ni idea de cómo acceder a las “descargas ilegales”. Es verdad que soy raro, seguro, pero les aseguro que lo único que se me ocurre es buscar en Google “descargas ilegales” o “música gratis”.
– Me mojo: estoy en contra de cualquier procedimiento de adquisición de música distinto a la compra o a que tu novia o novio, amigo o amiga te regale un CD con sus mejores canciones (las esposas y maridos no lo suelen hacer tanto, para qué vamos a engañarnos).
– Me indignan algunos comentarios demagogos contra las compañías discográficas. Una cosa es que tengan que readaptar su negocio y otra muy distinta que las convirtamos en el muñeco del pim pam pum. ¿O por qué se creen ustedes que la gente se baja la canción que ha oído en el anuncio de, por ejemplo, Heineken? ¿La conocían antes? ¿Y por qué compran un libro y no otro? ¿Lo conocían antes? Pues eso.
– Pero, sobre todo, lo más importante, ya mis queridos melófilos: ¿ustedes se han parado a apreciar lo mal que suena el tan compartido-descargado-perseguido-protagonista-de-los-desvelos-demagogos mp3? Sí, ¿verdad? Y para los que no tengan entre sus virtudes prestar atención a esas cosas, reflexionen conmigo: ¿ustedes distinguen –pero de verdad, ¿eh?– la calidad de imagen de las teles con tecnología LED, LCD o de plasma? Y cuando ven una foto, ¿saben de cuántos megapixels era la cámara? No, ¿verdad? Y, sin embargo, nos compramos lo último de lo último.
– Y, para los mal pensados, no, no me paga la SGAE y no me gusta su forma de actuar.
Lejos de continuar pareciendo que me adhiero al discurso victimista de la industria musical, prefiero apostar por la música, ese arte que es capaz de alterar nuestras emociones como ningún otro. Es obvio que el panorama actual va a cambiar mucho en muy poco tiempo, y nosotros que lo veamos y lo disfrutemos, pero dejemos que nos sorprendan.
Y hecho este necesario posicionamiento –creo que me quedaré sin algún amigo con este blog– vayamos a lo que nos gusta. Melofilia pretende también ofrecerles motivos para animarse a comprar, y lo haremos con secciones fijas para las que solicito su ayuda y colaboración. Esta semana quiero regalarles algunas joyitas musicales –de esas que lamentablemente no están en el ranking de mp3 más buscados– a modo de declaración de intenciones. Vamos allá:
Hope Waits
Hope Waits
Radarproof Records
Les propongo que echen la tarde en las insondables estanterías de la FNAC o de El Corte Inglés (no hay muchos más sitios para comprar música) de sus ciudades y comprueben que no es nada fácil encontrar el casi-primer disco de una joven estadounidense que se hace llamar Hope Waits (¿la esperanza espera?). El productor del disco, Peter Malick, no se embarca con cualquiera, Norah Jones es su ejemplo más celebrado. Jazz vocal moderno, metales de Nueva Orleans, caricias de blues con el Hammond y una voz que nos recuerda a muchas pero que tiene una personalidad que dará que hablar. Ya lo verán.
Eric Bibb
Booker’s Guitar
Telarc
Eric Bibb es uno de esos genios escondidos que no se prodigan en las listas de más vendidos, pero que merecen toda nuestra atención porque cada paso que dan es toda una declaración de intenciones. Este álbum, Booker’s Guitar, es un homenaje al Delta del Mississippi y a la guitarra de Booker White, un famoso bluesman de los años 30, con la que ha grabado el disco. Blues de aquella época revisitado por un virtuoso de las cuerdas, con aromas de soul y gospel. Música intimista, no esperen que les entiendan si les gusta…
Ayo
Gravity At Last
U-Soni Sweden
Nigeriana, alemana, rumana, trotamundos, Ayo es un ejemplo de música en las venas. Su Down On My Knees de su anterior y primer disco, Joyful, es una de esas canciones que te ponen los pelos de punta. Aquel álbum, grabado en cinco días, en directo, sin maquillajes, era difícil de superar pero esta nueva entrega nos sigue enseñando a una Ayo llena de sentimiento, cómoda en un despliegue de estilos –soul, reggae, folk o neo-folk, como dicen los modernos. Sólo puedo recomendarles que la descubran. Verán cómo les engancha.
El pasado también existe
Coleman Hawkins & Ben Webster
Coleman Hawkins Encounters Ben Webster
Polygram Records
Corre el año 1957 ¿Qué pasa si juntamos a dos de los mejores saxofonistas de la historia del jazz? ¿Y si al piano ponemos a un tal Oscar Peterson? Pues tampoco nos pongamos estupendos, porque a veces salen bodrios sólo reconocidos por los críticos más pedantes, esos mismos que nunca se pondrían esos discos en la intimidad de su casa. Pero este caso es distinto, lo digo consciente de jugarme mi apenas estrenada credibilidad. Búsquenlo, cómprenlo y, si no les gusta, no duden en atizarme hasta que les salgan callos en los dedos. Pero siempre podrán decir que tienen en su discoteca un clásico del jazz, y la mejor versión del Blues For Yolande…
De sofá y copa de vino
Charlie Haden
Nocturne
Umvd Labels
Aparque a los niños en cualquier sitio, envíe a su pareja a ver a su madre, disponga el mejor vino que tenga y acomódese en su sofá. Si les dijese que es un homenaje a la música cubana les estaría diciendo sólo una pequeña parte de la verdad. Si les digo que nunca la habían oído así, me voy acercando. Y si les digo que el bajista Charlie Haden ha conseguido que le acompañe Gonzalo Rubalcaba al piano, Joe Lavano al saxo y el mismísimo Pat Metheny a la guitarra, entenderán que quizá deseen que la madre de su pareja esté ocupada y que ésta se quede cerca de usted mientras lo escucha…
¿Clásicos? ¿Qué clásicos?
Lang / Repin / Maisky
Rachmaninov / Tchaikovsky
Deutsche Grammophon
Vaya con los clásicos… Piezas grabadas cientos de veces siguen siendo capaces de tentar a los melófilos de todo el mundo. En esta ocasión, la tentación viene de China y de Rusia, ¿quién lo iba a decir? Lang Lang, el chino más global, el pianista con más caché del mundo, se atreve a romper con su merecida fama de protagonista arrebatado y demuestra que también sabe acariciar el teclado y acompañar a otras dos estrellas de los auditorios: Vadim Repim al violín y Mischa Maisky al cello. Juntos recorren dos apuestas selectas de Rachmaninov y Tchaikovsky. El Trío Elegíaco del primero y el Trío para Piano del segundo. Ambos rompieron mitos y moldes. Rachmaninov compuso su Trío Elegíaco con menos de veinte años, y Tchaikovsky dedicó la pieza a Nikolai Rubinstein, el mejor pianista de su época, reinventando el género al estructurarlo en dos movimientos. Pero no caigamos en tecnicismos, la música hay que escucharla y sentirla, no leerla. Háganme caso, les gustará.
Buzón de recomendaciones. ¿Alguna vez han escrito o hablado y han sentido que no hay nadie al otro lado? Necesito su colaboración. Esta es su casa. Envíenme lo que quieran. Opiniones, críticas, ideas, piropos, incluso discos. Los comentarios, en el blog, y lo privado, a mi casa: melofilia@hotmail.com
Gracias por su tiempo. Espero que le guste