El Teatro ofrecerá cinco nuevas producciones operísticas –en coproducción con otros coliseos–, cuatro producciones invitadas, tres óperas en versión de concierto y dos óperas de cámara que tendrán lugar en los Teatros del Canal. La programación se completará con tres espectáculos de danza y 16 conciertos integrados en los ciclos Voces del Real, Sesiones golfas y el recién creado Bailando sobre el volcán. Así, ningún título será de producción propia –este año cuenta con uno, El público, que se estrena el 24 de febrero– y la institución se centrará, por tanto, en las coproducciones para compartir gastos.
«La ópera que queremos defender es la que nos invita a toda una experiencia artística no como algo subjetivo, sino como una realidad compartida», afirmaba Joan Matabosch, director artístico del Real durante la presentación de la temporada. Con gran presencia de cantantes españoles –»que están aquí porque son buenos y no por un cupo determinado», añadía–, óperas de gran popularidad como La Flauta Mágica o Rigoletto, y otras menos conocidas como Moisés y Aarón o La prohibición de amar, el Teatro ha planteado una temporada muy variada donde también tomará especial relevancia su programación pedagógica.
Donizetti de primer plato
El pistoletazo de salida lo dará el próximo 22 de septiembre la ópera Roberto Devereux de Gaetano Donizetti. Contará con la dirección de Bruno Campanella, gran especialista en el compositor, y con la direccción escénica de Alessandro Talevi. «Roberto Devereux fue escrita de un plumazo. Es un producto atrevido y revisionista que hace dos concesiones interesantes: por un lado es de gran concisión para la época, ya que es mucho más directa y sintética; y por otro, la escritura vocal anuncia de una forma clara el final del belcantismo», explicaba Matabosch durante la presentación a los medios. «Es una ópera que se tradujo a todos los idiomas y que se estrenó en todos los países. Siempre ha estado ligada a las grandes divas», añadía.
Alcina, de Händel, será la encargada de darle el relevo a finales de octubre. Sin duda será todo un acontecimiento, ya que nunca se ha estrenado antes en Madrid (sólo se ha hecho en versión concierto). En ella se juntan dos mitos, el de la maga que atrae a los héroes para seducirles y convertirles en parte del paisaje y el de la trágica separación de Eneas y Dido. «Alcina es un personaje construido a raíz de una serie de arquetipos. Es una obra muy difícil de poner en escena por sus arias da capo (propias del barroco) o recitativos enlazados. Es, además, la confrontación a todo el teatro conocido del siglo XIX. Es, sin duda, su rigidez el motivo por el que no se haya puesto en marcha en Madrid, por ejemplo», afirmaba el director artístico. En la puesta en escena debutará David Alden, una de las figuras del momento. Contará con la batuta de Christopher Moulds.
Ya en diciembre, el año cerrará con una gran fiesta popular, el Rigoletto de Verdi, una de las óperas más populares del repertorio. Este melodrama en tres actos contará con la dirección musical de Nicola Luisotti y la puesta en escena de David McViar, que reproducirá la atmósfera opresiva de la corte y ahondará en la ambivalencia del personaje –mostruo por fuera y frágil por dentro–. Entre los cantantes protagonistas estarán Leo Nucci, Stephen Costello, María José Montiel u Olga Peretyatko.
La Flauta Mágica para comenzar 2016
Mozart llegará al Teatro Real con su maravillosa La Flauta Mágica a comienzos de 2016. «También es una de las óperas más populares del repertorio, aunque eso es algo reciente en España. Es, además, una de las que más ha atraído a los artistas plásticos, entre ellos Karl Friedrich Schinkel, Marc Chagall, Karen Appel o Juan Ripollés», apuntaba Matabosch. En este caso llega con una original puesta en escena de Barrie Kosky y bajo la batuta de Ivor Bolton. «Recodifica la obra. Se trata de un homenaje a la edad de oro del cine mudo. Es delirante y realmente tiene mucho de insólita. Desconcertará y gustará mucho. Pone sobre la mesa la pregunta de si pueden los cambios expresar el sentido de la obra».
A La Flauta Mágica le seguirá El retablo de Maese Pedro de Manuel de Falla como parte de la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes que se celebrará en 2016. «Estamos ante una pieza difícil para un teatro grande. Cuesta mucho que funcione, pero Enrique Lanz ha ideado una solución para explicarla con marionetas gigantes», aseguraba el director catalán. Enrique Lanz es, además del creador de la prestigiosa compañía Etcétera, el nieto de Hermenegildo Lanz, pintor, grabardor y titiritero con quien contó Falla para realizar el estreno en 1923.
Una de las producciones estrella de la temporada será, sin duda, el estreno de La prohibición de amar de Richard Wagner. «Va a dejar a muchos boquiabiertos. Se presenta en la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Shakespeare (que también se celebra en 2016), ya que está basada en la comedia Medida por medida del escritor inglés, un obra consideraba inmoral», afirmaba Matabosch. Es una crítica al puritanismo alemán. En ella, Wagner recoge las inquietudes rebeldes de una Alemania revolucionaria, que reivindica el amor sensual y ataca la represión fanática de la sexualidad por una autoridad puritana e hipócrita. «El compositor alemán utiliza por primera vez la técnica del leit motiv y es tan desconocida por tres motivos diferentes. El primero de ellos sería porque el estreno fue un fiasco absoluto al no haberse aprendido los cantantes el papel; el segundo vendría porque conocemos a Wagner a través de lo que Cósima Wagner quiso que supiéramos de él y ella consideraba inmoral esta obra, y el tercero es que no puede representarse tal cual, ya que hay que revisarla, versionarla de alguna forma».
Written on skin, de George Benjamin, se ofrecerá en versión concierto el 17 de marzo de 2016. Será, sin embargo, en palabras del director artístico, «un acontecimiento mayúsculo porque nunca se ha representado en Madrid una ópera de este autor». Para él «se considera una obra maestra desde su estreno en 2012. Es una historia antigua pero está creada de forma contemporánea y en ella los solistas no interpretan a los personajes, sino que los explican mediante una doble temporalidad (ya que tiene un marco contemporáneo y medieval)». El teatro contará con el propio compositor como director musical, quien también dirigió su estreno en el Festival de Aix-en-Provence, y con la gran Barbara Hannigan.
Entre guerras
Con Parsifal de Wagner a principio de abril, el Teatro comenzará otro eje temático y la segunda parte de la temporada. Contará con la dramaturgia de Claus Guth, que situará la acción en el periodo de entreguerras. El decadente hospital para lisiados en el que transcurre la acción, inspirado en el sanatorio de La montaña mágica de Thomas Mann, encarna los traumas y el desánimo que siguió a la Primera Guerra Mundial, cuyas esperanzas puestas en un nuevo líder desembocarán en un nuevo desastre.
Dentro de la nueva temporada destaca también la versión escenificada de Moisés y Aarón, de Arnold Schönberg, sin duda una de las obras señeras del repertorio lírico del siglo XX, que llegará en una coproducción entre el Teatro Real y la Ópera de París, con dirección de escena de Romeo Castellucci, uno de los creadores más brillantes de la actualidad que, además, debutará en Madrid. «Uno de los aspectos más siniestros es el movimiento antisemita que sufre Arnold Schönberg. Así, en los años 1930 y 1932, una obra como esta era una auténtica provocación por su contenido formal y musical. Medita sobre una cuestión metafísica y encarna la esencia que el nazismo llamó arte degenerado», matizó Joan Matabosch.
En estrecha sintonía con el argumento y las circunstancias históricas de esta ópera, se estrenará también El emperador de la Atlántida, de Viktor Ullmann, discípulo de Schönberg y uno de los grandes compositores de la época, cuya carrera quedó truncada por el ascenso del nazismo. La ópera se compuso en el campo de concentración de Terezín. Ambas obras esbozan un eje temático que se extenderá a espectáculos del Programa Pedagógico, como la pequeña ópera juvenil Brundibár, de Hans Krasa, estrenada también en Terezin.
Dentro de las óperas en vesión concierto, el Teatro ha programado (además de la obra de Benjamin) Luisa Miller y Il due Foscari, ambas de Verdi. En la primera, una tragedia burguesa, se pone en contraposición a dos jóvenes enamorados con los que ostentan el poder: ¿puede un mundo corrupto destruir el amor? En la segunda, «Verdi invierte la jerarquía del poder vocal y riene en común con Roberto Devereux su concisión». Estará dirigida por Pablo Heras-Casado y contará con Plácido Domingo, Michael Fabiano, Ainhoa Arteta, Susana Cordón, Roberto Tagliavini, Mikeldi Atxalandabaso y Miguel Borrallo.
Ya al final de la temporada, del 4 al 24 de julio, llegará el momento de otro título crucial del belcantismo, Il Puritani, la última ópera de Bellini. «Es uno de los títulos más arriesgados por los cantantes y el teatro en sí. En esta ópera se da la locura, una fórmula característica del Romanticismo, ya que cuenta con una de las escenas más célebres». Contará con la puesta en escena de Emilio Sagi, que apostará por una estilizada puesta en escena en la que los personajes aparecen atravesados por la melancolía. La dirección musical estará a cargo de Evelino Pidó.
Otras grandes citas
En la programación de conciertos y recitales figuran nombres de tanto prestigio como Measha Brueggergosman, Natalie Dessay, Angela Denoke, Renée Fleming, Karina Gauvin, Venera Gimadieva, Barbara Hannigan, Anja Kampe, Susan Graham, Juan Diego Flórez, Francesco Meli, Bejun Mehta, Andreas Scholl, Simon Keenlyside, Christopher Maltman, Peter Mattei y Franz Josef Selig, entre otros.
Ademas, tres compañías de danza se darán cita durante la nueva temporada: Nacho Duato presentará su versión de La bella durmiente con el Staatsballett de Berlin, y un triple programa con coreografías suyas y de Marco Goecke. Sasha Waltz traerá, junto con su compañía, la aclamada versión de La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky. Y, finalmente, José Carlos Martínez propondrá un homenaje a Enrique Granados con la Compañía Nacional de Danza, con el que finalizará en julio del próximo año la 19 temporada del Teatro Real.
Entre las novedades que el director general de la institución, Ignacio García-Belenguer, ha querido destacar se encuentran que el inicio de la venta de abonos se ha adelantado al 9 de febrero. El Teatro contará con 16 modalidades de abono diferentes (dos nuevas para Sesiones golfas y Bailando sobre el volcán) y apostará, además, por la utilización de las nuevas tecnologías con un sistema de venta de entradas por internet sin comisiones de venta.