En cualquier caso, y como en otras ciudades alemanas, los aficionados a la ópera tenemos la ocasión de ver varias óperas diferentes en pocos días, lo que hasta el momento no es posible en España. Después de visitar diferentes partes de la ciudad, por la tarde-noche es gratificante poder sentarse en el teatro.
Un ballo in maschera fue compuesta por Verdi en 1859 después de Simón Bocanegra (1857) y antes de La Forza del destino (1862), por lo que corresponde ya a un período de madurez del compositor. La ópera, basada en el asesinato del rey Gustavo III de Suecia, tenía que haber sido estrenada en Nápoles, pero al no pasar la censura, Verdi tuvo que cambiar la ubicación y centrarla en el gobernador de Boston. Finalmente, fue estrenada en el Teatro Apollo de Roma, y llegó por primera vez a España en 1861, al Liceu de Barcelona. En esta ocasión, se presentaba con los nombres iniciales correspondientes al desarrollo de la acción en Suecia.
Propuesta de corte clásico
Otro elemento diferenciador del resto de las tres funciones fue que la propuesta del escenógrafo, Alexander Schulin, no contemplaba elementos innovadores respecto a lo que se propone en el libreto, y se pueden considerar de corte clásico tanto los decorados como la puesta en escena. Los decorados se basan en unas fachadas laterales que pueden interpretarse tanto como interiores como exteriores dependiendo del acto que se esté representando.
Pareció pobre especialmente el del segundo acto ya que el del l’orrido campo consiste en unos tablones tirados por el suelo y colocados inestablemente de manera que los cantantes tienen que moverse con sumo cuidado para no caerse. Respecto al movimiento escénico, destacar tan sólo algunas insinuaciones de Gustavo III hacia su paje que pretenden poner de manifiesto la supuesta homosexualidad del rey. En resumen, un tipo de decorados y puesta en escena que no siendo hiriente tampoco añade nada a la historia de la ópera.
Uno a uno
Massimiliano Pisapia (Gustavo III) es un tenor de gran poderío vocal y entrega, cualidades que quizá utiliza con excesiva generosidad en algún momento. El timbre de su voz es bonito y aúna musicalidad y lirismo. Sin embargo, su voz perdió naturalidad en la emisión de algunos agudos.
Angela Brown (Amelia), con dificultades en la pronunciación del italiano, estuvo mejor en la emisión del registro grave que en algún agudo, destacando en el tercer acto en "solo un detto ancora a te".
George Petean (il conte Anckarström) fue el gran triunfador de la velada, luciéndose en las dos preciosas arias que Verdi reservó al barítono en la partitura.
Susanne Resmark (Ulrika), muy discreta y sin ningún brillo, Don-Hwan Lee (Christiano) y Tigran Martirosian (il conte di Ribbing) fueron grandes intérpretes de sus papeles. Katerina Tretyakova (Oscar), de voz adecuada para el papel, solventó su actuación con un aprobado alto. Karen Kamensek dirigió la orquesta con algunas irregularidades en los tempi, mostrando la orquesta que es más germanófila que latina. Corrección en el coro.
Un ballo in maschera. Staatsoper de Hamburgo [1].
31 de octubre de 2009.