Kurt Cobain, la historia de un niño triste

De pronto, dejó de ser tan mono. Creció y ya no conquistaba con sus ocurrencias infantiles. Quizás las nuevas, ya más arriesgadas, no interesaban tanto. Se rebelaba contra la incomprensión y la falta de cariño. Así, después de un año viviendo con su madre, ésta literalmente le echó de casa y se fue a vivir con su padre, que había rehecho su vida con una familia nueva. Los desaires de Kurt tampoco fueron bien aceptados por su madrastra, así que su padre accedió a que se fuera a vivir con sus abuelos. Sin embargo, Kurt –lo dijo a lo largo de su vida en repetidas ocasiones– sólo quería una familia normal, como la de los otros chicos. Se sentía avergonzado y humillado. A menudo tenía miedo también a hacer el ridículo. Le daba pánico sentirse así.

Kurt Cobain: Montage of Heck

Kurt Cobain solo quería amor. Esta idea recorre de forma transversal toda su vida. En el fondo es también la causa de su muerte. ¿Cómo sobreponerse a un posible abandono de Courtney Love? ¿Y si un día el público, por lo que fuera, le abandonaba también? El documental Kurt Cobain: Montage of Heck, que ahora se estrena en España y en Estados Unidos, después de recabar excelentes críticas en diferentes festivales, incide directa e indirectamente en esta visión. Se centra en el interior, en los sentimientos y preocupaciones del músico, más que en lo que supuso para la historia de la música o cómo surgió y creció el fenómeno Nirvana.

Para el director, Brett Morgen, «Kurt ante todo tenía que autoexpresarse» y por eso él ha querido que el documental gire en torno a esa necesidad de expresión. No nos encontramos ante una película sobre Seattle, sobre el grunge o sobre el ambiente. De forma íntima, original y bien contada, Morgen logra hacer un puzle sobre la vida de Kurt utilizando su archivo personal con arte, música, películas nunca vistas, animación y entrevistas a su familia y amigos más cercanos.

Interrogantes

Así se suceden declaraciones de su madre Wendy Elizabeth Fradenburg, de su padre Donald Lenald Cobain, de su primera novia, de Krist Novoselic y, por supuesto, de Courtney Love. Ella ha sido la responsable, junto a su hija Frances Bean Cobain, de que parte de los diarios, dibujos y vídeos caseros hayan visto ahora la luz. Frances Bean es, además, productora del filme. Es verdad que esto plantea diferentes interrogantes como si hay censura en él o por qué no aborda del todo su suicidio. Es significativa también la ausencia de David Grohl. Sin embargo, lejos de todo ello, estamos ante un trabajo revelador gracias al que por fin tenemos nuevos datos sobre Kurt Cobain. Es, además, un ejercio cinematográfico muy interesante.

«La mayor parte del tiempo canto con el estómago», dice Kurt en el documental. Unos agudos e intensos dolores le acompañaron toda la vida. ¿Quién se atreve a decir que la música no sale de dentro? Espasmos de ansiedad, soledad y vacío. Heroína, grunge y mucha sensibilidad.