En esta nueva etapa, Zoé presenta lo que puede catalogarse su obra más madura y experimental. Los elementos que logran esta conjunción de música, letra y talento instrumental son: León Larregui (voz, guitarra), Sergio Acosta (guitarra), Jesús Báez (teclados), Ángel Mosqueda (bajo) y Rodrigo Guardiola (batería).

Con Phil Vinall

Grabado en Sonic Ranch -el complejo de estudios de grabación más grande del mundo, ubicado en la población de Tornillo, Texas- Prográmaton fue producido por Phil Vinall, quien ha trabajado con artistas de la categoría de Placebo, Pulp, Mark Knopfler y Elastica, entre otros.

Entre Zoé y Vinall se ha gestado un entendimiento forjado a través de los años en el que existe un lenguaje común o una forma de trabajar flexible y eficiente que permite la experimentación, en la que buscaron cualquier recurso, aunque no tuviera que ver con un instrumento musical, como una fuente de emisión sonora. Este proceso y la identificación de todos los involucrados, convirtió al productor en un virtual elemento adicional de la banda. La mezcla del álbum corrió a cargo de Zoé y de Chris Lord-Alge, quien ha trabajado con U2, Bruce Springsteen, Bon Jovi y decenas de artistas más.

El proceso que siguió Zoé para integrar el repertorio de Prográmaton fue la creación de la melodía, como base fundamental de la canción y posteriormente, acoplar la letra a esas sonoridades.

En Prográmaton se incluye una canción del bajista Ángel Mosqueda (Ciudades Invisibles) y otra del tecladista Jesús Báez (Altamar), en las que, por primera vez, tienen a su cargo la responsabilidad de la voz principal, cada uno en su composición, mientras que León contribuye con los coros.

La vida, un juego

La portada de esta producción tiene que ver con el título, es decir, contiene esa idea de ver la vida como un juego, en el que miles de programaciones interactúan o forman parte de un hardware o de un orden superior. La imagen muestra una cancha en la que hay unas líneas blancas como en cualquier deporte, que son parte de la geometría sagrada. Se aprecia desde una perspectiva cenital.

El primer sencillo de esta nueva obra de Zoé se llama 10 A.M.. Otros cortes destacados son Altamar, poseedor de un sonido atmosférico reminiscente de Pink Floyd o Alan Parsons, que encaja a la perfección con una letra llena de poesía. Cámara Lenta se enfila hacia una suerte de Brit-Pop, mientras que en Game Over Shangai, se escucha un mensaje de optimismo y apoyo en momentos difíciles. Los sonidos electrónicos iniciales de Arrullo de Estrellas, preludian un hermoso canto de amor incondicional y esperanza.