Si el presupuesto inicial de la temporada actual era de 54,5 millones de euros, tras los recortes ha quedado en 50,4, mientras que el de la próxima será de 48,4, lo que hará que la financiación privada del Liceo, con un 51,6% de recursos propios por venta de entradas, gestión de espacios y otros ingresos, supere la que recibe procedente de las administraciones públicas.
Los ajusten están siendo muchos, entre otros, la reducción de la plantilla –incluyendo coro y orquesta– de 441 a 395 empleados y de salarios (entre un 5 y un 8%). Además, Joan Francesc Marco, director general del Liceo, anunció que el próximo mes de septiembre no habrá actividad en el Gran Teatro, comenzando la temporada el 7 de octubre. «Para ello hemos modificado el planning artístico y al no haber actividad en ese mes estamos negociando con el comité de empresa para que esas jornadas de trabajo nos las podamos ahorrar. Habrá que ver qué nos dicen los trabajadores, ya que si no llegamos a un acuerdo presentaremos un expediente temporal de regulación de empleo».
El menguado presupuesto para la nueva temporada iguala al de la temporada 2001-02. Además de buscar a nuevos mecenas y patrocinadores, el Liceo ha optado por una nueva política de precios variable. «Se trata de aumentar los precios de las óperas más comerciales (hasta un 10%), mantener los de obras contemporáneas o de patrimonio y congelar los del ballet», apuntaba Marco.